La Habana, Cuba. – Las piezas dentales tienen la función de asegurar la masticación, preparando el bolo alimenticio. Pero, además, permiten la articulación de la palabra y contribuyen a la estética facial.
Son esos importantes motivos para preocuparnos por su cuidado y conservación. La caries dental se presenta por causas multifactoriales, siendo la placa dento-bacteriana el agente etiológico fundamental.
Se trata de una película delgada, gelatinosa, incolora en sus inicios, adhesiva, proliferante y potencialmente patógena. Comienza a formarse después de 10 o 15 minutos de haberse ingerido alimentos, cuyos restos, junto a bacterias y la saliva, la constituyen.
Para que aparezca la caries dental tienen que darse tres condiciones que integran la llamada Triada de Keyes, o sea, el diente, los microorganismos y el sustrato o alimento. Cuando una de esos factores falta, la enfermedad dental no se presenta.
La adecuada higiene bucal
Para el cuidado y conservación de las piezas dentales es imprescindible conocer cómo prevenir o combatir la caries dental.
La higiene bucal es la condición básica para evitar la aparición de la placa dento-bacteriana, causante de dicha enfermedad bucal.
Los estomatólogos señalan que si removemos y eliminamos esa película con un eficiente cepillado muco-dental, o sea, de la mucosa y los dientes, estamos previniendo la dolencia.
Esta limpieza debe efectuarse inmediatamente después de ingerir alimentos y por la noche, antes de acostarse. Se realiza siempre desde la encía hacia el diente, y en las superficies triturantes los movimientos serán rotatorios, de adelante hacia atrás.
Advierten los especialistas que, sin restarse importancia a las pastas dentales, la acción mecánica del cepillado es el factor principal que desintegra la placa dento-bacteriana y remueve los restos de alimentos.
Énfasis desde la infancia
La salud bucal depende de lo que cada persona conozca y haga al respecto. Por eso, los odontólogos hacen énfasis en la enseñanza de una correcta higiene bucal desde edades tempranas de la vida, como una garantía para prevenir la aparición de la caries dental, la enfermedad estomatológica más frecuente.
El cepillado ha de comenzarse en cuanto aparecen las primeras piezas dentales, de manera que el niño lo incorpore como un hábito, al igual que el de peinarse o bañarse. Unido a ello, al pequeño debe hacérsele conciencia de los beneficios que la higiene bucal le reporta, así como las implicaciones negativas de los pasos en falso que se den en esa dirección.
Finalmente los estomatólogos afirman que no se deben evitar o eliminar las visitas periódicas al dentista, como otro elemento a tener en cuenta para mantener la salud bucal.