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La Habana, Cuba. – Bella y olorosa, su blancura se asocia en Cuba a la pureza de los ideales independentistas y a la paz. También simboliza la delicadeza y la gracia de la mujer.

Hablamos de la mariposa, esa planta con nombre de insecto que es la Flor Nacional de nuestro país y cuyo nombre genérico, Edíkium Coronáriun, significa fragancia de nieve.

Nativa de las regiones montañosas del Asia oriental tropical, se naturalizó en los sitios húmedos de las serranías cubanas, aunque también crece en otras tierras como Brasil y Hawai.

A la especie la distinguen dos tipos de tallos: unos subterráneos y otros aéreos, que pueden medir entre 60 y 180 centímetros.

El arbusto termina con una espiga floral cubierta de hojas modificadas que protegen los capullos de flores, con estambres y pistilos largos que les dan la apariencia atractiva de una mariposa.

Por qué es la flora nacional de Cuba

En 1936,  el Jardín de la Paz, ubicado en La Plata, Argentina, convocó a todos los países del continente a enviar su flor nacional.

Como Cuba no tenía una definida, se constituyó una comisión de importantes personalidades de la ciencia y la cultura, como Don Fernando Ortiz y el naturalista Juan Tomás Roig, para seleccionar la más adecuada.

El grupo propuso cuatro flores: el galán de noche, el lirio de San Juan, el jacinto de agua y la mariposa blanca. Esta última fue declarada Flor Nacional de Cuba el 13 de octubre de 1936, pues aunque no es autóctona de la Isla, se tuvo en cuenta su gran popularidad y el hecho de que durante las guerras independentistas, sus ramos intrincados servían de escondite a las mujeres patriotas para transportar importantes mensajes clandestinos.