La Habana, Cuba. – No todas las personas tenemos los mismos tipos de microorganismos viviendo en el interior de nuestro cuerpo, como los que nos ayudan a digerir la comida o a prevenir enfermedades.

La genética, la alimentación o la edad influyen en la microbiota o comunidad de microorganismos de cada individuo. La boca es donde más tipos de bacterias viven -hasta 700 variedades-, que dependen también de las personas con las que formamos pareja.

A esta conclusión llegaron científicos holandeses, quienes, para comprobarlo, pidieron a veinte parejas que cumplimentaran un cuestionario sobre su comportamiento afectivo, sobre todo en lo referente a los besos.

Tras esto, tomaron muestras de la saliva y la lengua de todos ellos para analizar la composición exacta de la microbiota de cada uno. Los resultados revelaron que cuanto más se besaba una pareja más similares eran sus comunidades de bacterias en la boca.

Ochenta millones de bacterias

Cada vez que besamos con pasión transferimos masivamente a nuestra pareja y ella a nosotros una gran cantidad de gérmenes. De hecho, tras cada beso intenso los científicos descubrieron que se transferían unos 80 millones de bacterias.

Las explicaciones habituales de la función que desempeñan los besos entre los humanos asignan, normalmente, un papel muy importante a la microbiotao comunidad de microorganismos presente en la cavidad oral, aunque los efectos exactos de esos besos nunca habían sido estudiados.

Los expertos holandeses hallaron que, cuanto más se bese una pareja, más similares serán sus comunidades bacterianas en la boca.

Los besos más íntimos implican un contacto pleno e intercambio de saliva, lo cual constituye un comportamiento único en la naturaleza y que resulta común en el noventa por ciento de las culturas conocidas.

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