Los lazos de hermandad entre cubanos y africanos se forjaron con sudor, sangre y solidaridad. Es una hermandad ejemplarmente sincera y de corazón.
Se remonta a nuestra propia historia de lucha por la justicia y libertad, y también se inscribe desde la misma forja de nuestra identidad como nación.
Aún recordamos al repugnante régimen del apartheid que en Sudáfrica representaba la vergüenza de la Humanidad, y que nuestro noble pueblo ayudó a arrancar de raíz.
Como aseverara Fidel contribuir a la victoria de los pueblos de África que veían en aquel sistema su mayor afrenta, es y será siempre un motivo de orgullo.
Antes, miles de cubanos participaron en la heroica gesta de liberación de pueblos africanos y hoy respaldan planes de salud, educación, deporte y cultura, entre otros, como genuino ejemplo de solidaridad e internacionalismo.
Cuba y África, un solo pueblo
La celebración del Día de África tiene hoy una connotación especial ante los avatares de la cotidianidad de su sociedad.
Múltiples retos y desafíos enfrentan sus pobladores ante la arremetida neocolonial e imperialista que, como nunca antes, asola sin piedad al mundo.
Las conquistas de los pueblos africanos significan una fortaleza por cuanto representan la capacidad real de lo que puede hacerse con políticas de justicia, igualdad y solidaridad entre sus naciones.
La fuerza de los africanos resulta invencible y no puede ser arrasada. Para los pueblos del mundo la lucha es dura frente a un imperialismo herido y decadente, pero la esperanza se acrecienta.
Cuando hay patriotismo, cuando hay conciencia, cuando hay ideas, cuando hay unión, no puede haber derrota,expresó Fidel.