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Granma, Cuba. – Al caminar por asentamientos citadinos o rurales, el arquitecto, escritor, fotógrafo y ambientalista santiaguero-bayamés, José Alberto Zayas Pérez, está muy atento a los detalles del ornato público, dicen familiares y amigos.

Y en verdad tienen razón: en cada simposio, taller o medio de comunicación al que asiste, este profesor reseña maneras, ideas y proposiciones técnicas para otorgar la trascendencia que tienen belleza, cultura y urbanidad.

Según consideraciones del planificador Zayas Pérez, esa simbiosis entre elegancia y utilidad otorga visos modernos y beneficia el confort climático de los concentrados humanos.

Asevera que para enfrentar el inclemente sol tropical, con el consiguiente calor acompañante, nada más apropiado que arboledas vistosas y funcionales. De ahí su interés por el mantenimiento y generación de áreas verdes, que es sinónimo de preservar nuestro medio ambiente.

Furor contra indolencias

El ecologista José Zayas Pérez se auto-asigna misiones de impulsar dinámicas estatales o privadas para la distribución uniforme de las arboledas bayamesas.

Señala que sembrar las variedades correctas, talar a tiempo y sustituir por especies adaptables a cada entorno, es lo que se debe hacer pero no siempre se hace.

Afirma que es muy común que decisores sin capacidad técnica se arroguen derechos de eliminar árboles maderables o florales sin tener en cuenta cómo favorecen la imagen y la planificación de las barriadas. Desoyen a los especialistas, y con ello crean desórdenes y perjuicios.

Ejemplifica el promotor ambiental Zayas Pérez, que sembrar semillas de roble blanco garantiza masa verde para unos 200 años. Sin embargo, algunos prefieren el flamboyán amarillo, con una vida útil corta; y ello provoca también desbalances en el conjunto de árboles en las ciudades.

Enseñanza y exigencia

En su blog profesional Espacio Natural Construido, el máster en ciencias José Zayas Pérez defiende las ciudades ordenadas y resilientes. Y en sus exposiciones técnicas otorga rango superior al arbolado urbano; porque lo originario nos regala fragancias, colores y sonidos únicos.

En artículos y comentarios en Internet, el destacado consultor aboga por recurrir a expertos a la hora de fomentar o eliminar la flora circundante.

Señala a su colega ambientalista, el ingeniero Juan Luis Granado, toda una autoridad en la creación de viveros con semillas, abonos e irrigación eficaces.

En Bayamo, la cultura silvícola podría privilegiar la inserción de especies óptimas en follaje, durabilidad y estética en calles, jardines, plazas públicas y aparcamientos. A tener en cuenta: majaguas, algarrobos, palmas reales, yuraguanas y júcaros, señala el investigador.