A lo largo de la historia las bebidas alcohólicas han sido utilizadas con diferentes propósitos; en dependencia de cada cultura pudiera ser sinónimo de celebración o de inclusión a un grupo social.
Pero hoy la realidad ha dado un giro inesperado, y el consumo de alcohol se ha convertido en un importante problema de salud a nivel internacional.
Es preciso tener en cuenta que se trata de una droga psicoactiva legal, con efectos sobre el sistema nervioso central, y posibilidades de cambiar la percepción, el estado de ánimo y el comportamiento.
Las consecuencias de tomar esas bebidas no son iguales para todos los seres humanos. Eso depende, entre otros factores, de la cantidad que se ingiera, baja tolerancia, presencia de otras drogas y enfermedades pre-existentes.
Más que peligroso
Si bien en muchos países, incluido Cuba, se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a menores de 18 años, la realidad es que cada vez más los adolescentes se inician de forma temprana en el consumo de alcohol.
Sobre los peligros de su abuso, la Organización Mundial de la Salud advierte que en los más jóvenes reduce el autocontrol y aumenta los comportamientos de riesgo como las relaciones sexuales no protegidas.
Los expertos aseguran que el inicio de consumo de alcohol en la mocedad incrementa cuatro veces la probabilidad de padecer trastornos de personalidad y acrecienta el doble el peligro de ser alcohólico antes de los 24 años.
La elección debe ser apostar por lo sano, porque sin lugar a dudas no empezar es la mejor manera de evitar una adicción que conduce al abismo.