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Cuba actúa bajo el principio de tolerancia cero ante las drogas, una postura que a defendido a ultranza, sobre todo, en tiempos tan complejos como los actuales, en los que sus formas de presentación cambian y pueden entrar al país, aun cuando en frontera se mantiene el más estricto control.

El llamado “Kímico o Papelito” es una de las drogas de las que más se habla, a partir del peligro que supone para quienes la consumen. Se trata de un cannabinoide sintético, relativamente “barato” en comparación con otros, asociado a graves problemas de salud.

Los cannabinoides sintéticos han sido diseñados para replicar los efectos del tetra-hidro-cannabinol (THC), principal componente sicoactivo del cannabis o marihuana, y lo superan en cuanto a potencia y riesgo, produciendo efectos adversos graves como convulsiones, psicosis, alucinaciones, paranoia o ataques de pánico.

Los efectos del kímico

Especialistas del Ministerio de Salud Pública refieren que quienes consumen cannabinoides sintéticos esperan euforia, relajación, desinhibición y alteración de la percepción; sin embargo, los efectos no deseados son muchos más.

Entre ellos se encuentran los de carácter neuropsicológicos, cardiovasculares, neurológicos y gastrointestinales. En los primeros se aprecian psicosis, agitación, ansiedad, confusión, desregulación del estado de ánimo, e incluso, suicidio.

Dentro de los efectos cardiovasculares se confirman la hipertensión, taquicardia, dolor precordial, infarto del miocardio y arritmia; mientras que entre los neurológicos se ubican las convulsiones, somnolencia, ataxia y cefalea.

El consumo de los cannabinoides sintéticos también puede llevar a la esquizofrenia en menor tiempo que la marihuana, además de causar reacciones erráticas en el comportamiento de los individuos.