La Habana, Cuba. – La consternación por la muerte de Adalberto Álvarez se sintió en toda Cuba, y más allá de sus fronteras también. Ese sentimiento encuentra cauce en infinidad de mensajes en las redes sociales; en semblanzas en medios de comunicación; en los comentarios de la gente.

El Caballero del Son fue a ocupar el trono que compartirá sólo con los grandes de la música popular cubana, por la cual vivió y a la que impregnó estilo, distinción, siempre reverenciando a sus antecesores.

En estos días de pandemia implacable -de la que el propio músico fue víctima- las calles ya no son tan bullangueras.

Pero este miércoles, en muchos hogares resonaron a alto volumen algunos de sus temas inolvidables: A Bayamo en coche, El son de la madrugada, Y qué tú quieres que te den. Adalberto -maestro sonero- es parte del alma alborozada de Cuba. Por eso se quedará. Su leyenda resplandece.