Fotos y video: Ramón Rodríguez Pérez.

Es nuestro chino, el que llegó hace casi 40 años a la familia relojera, y lo hizo para quedarse. La noticia está en su sangre. Por ello está justo ahí, donde pueda hacer buen periodismo. Fue en octubre de 1978 cuando Lázaro Chiang Macate  conoció por dentro el tic tac de Radio Reloj. Recuerda con nostalgia sus inicios, como redactor de mesa, y más aún, el día del primer encuentro con el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.

“Una noche, cuando estaba con Mario Blanco, recién fallecido, quien atendía la página deportiva, llamaron para informar que en dos horas llegaba a la Patria el equipo campeón mundial de boxeo.

Y fui con él hasta el aeropuerto”, rememora. Ese día -agrega- descubrí un incentivo para nunca dejar atrás el periodismo.

Y es que Chiang tuvo la suerte, el privilegio, el honor, de tropezar con Fidel. “Lo único que hacía era mirarle el color del traje, los dientes, las uñas…”, afirma con un nudo en la garganta, que lo hace detenerse para buscar aire y contener una lágrima. “Después cuando llegue a la casa, sobre las dos de la madrugada, no pude dormir. Me parecía mentira. Fue una motivación indescriptible, me sentí como en el cielo”.

Nuestro entrevistado no olvida esa jornada. Tampoco aquel febrero de 1981, cuando fue designado para cumplir una misión en Etiopía, en el continente africano. Esa vez acudió como periodista y traductor de la misión. Luego vendrían otros viajes internacionales, pues a base de constancia, profesionalidad y entrega, representó a Radio Reloj en el extranjero. Así, estuvo tres veces en México, una de ellas, en el aniversario 45 de la salida de Fidel de Tuxpan. También llegaría la hora de partir a República Dominicana y Venezuela.

De educación y organizaciones estudiantiles juveniles, lo sabe todo. Y es que desde marzo de 1983 atiende esos sectores, en una complicidad franca que no muchos logran.

-­ ¿Cuánto ha aportado Radio Reloj en tu formación profesional?

– Muchísimo. Y no solamente a mi formación revolucionaria, integral y profesional, sino que me ha motivado a comprender al ser humano, a relacionarme con mis compañeros, a entenderlos, a ayudarlos, intercambiar. Radio Reloj para mí ha sido una escuela, no solo de formación docente o profesional, sino que me ha crecido como ser humano.

La experiencia de una vida ligada al periodismo y a esta emisora, le permite a Chiang aconsejar a los más jóvenes. A ellos, les recomienda el aprendizaje diario, mucha lectura, velar por la calidad de los títulos, la información y la intencionalidad. “Hay que saber cómo llegar al pueblo, con un lenguaje ameno, fresco y directo como requiere la radio. Debemos tratar los temas que interesan y a afectan a la gente, lograr la facilitación social”, insiste.

Su incursión en La Voz del Oyente, espacio de periodismo ciudadano, constituye muestra de ello. Chiang Macate está donde exija el periodismo.

-¿Cómo ves a Radio Reloj hoy?

– Como decía Mella “todo futuro tiene que ser mejor”. De los que se graduaron en el año 1978, a los que se gradúan ahora, indiscutiblemente los últimos salen mejor preparados. Antes era una máquina de escribir, hoy es una computadora. Lo que hace falta es que los muchachos utilicen los medios digitales en aprender, para desarrollarse cada día más.

A su familia, Chiang regala un momento especial, pues ha sido pilar esencial en su trayectoria, apoyándolo incondicionalmente. “Siempre entendieron por qué debía estar en un determinado lugar”, destaca.

Para él, su trabajo es vocación, oficio y amor. Radio Reloj gana a diario con su sapiencia. Y con 39 años dedicados a esta emisora, la define como un yunque y un martillo, y en el medio, los periodistas.

En el año del aniversario 70 de Radio Reloj, Chiang Macate le sigue aportando, pues en la noticia encuentra su alimento y pasión.