Foto/Maira Castro Lora

Para el joven trabajador del sector no estatal, Alfredo Escalona Reyes, ser donante voluntario de sangre en el Banco Provincial 28 de septiembre de Las Tunas representa un aporte a la sociedad, en gesto humanitario para que otra persona siga viviendo.

Con 26 años de edad, desde hace 4 dio el sí cuando le propusieron integrar el grupo de altruistas del municipio homónimo, solo porque -afirma- “me hace sentir bien el poder ayudar a otras personas, que por diversas causas necesiten sangre”.

En la propia institución contó de su período más extenso en esa labor el trabajador de la sede del Poder Popular  Provincial, Hárlem Franco Cruz, quien desde 1993 ya donaba por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), y luego le solicitaron plasma.

“A la hora que sea acudo sin ningún problema, cuando me localizan por accidente masivo de tránsito o urgencia de plaquetas, lo cual me satisface al contribuir de alguna manera a la salud de otros con mi gotica de sangre”.

En el Banco Provincial de Sangre, la licenciada Tania Ávila Góngora recibe a donantes, confirma si cumplen los requisitos, los orienta en la dieta, y por más de 20 años asume procederes para la extracción, pero también extiende su brazo.

Foto/Maira Castro Lora

Apenas muy joven la especialista principal del Departamento de plasmaféresis respondió a una urgencia cuando se donaba con frascos, que ahora es en bolsas plásticas, e hizo el primer aporte destinado a una recién parida, al solicitar donación de sangre total A+.

Conocer después que fue posible salvar a la paciente,  dejó atrás el regaño de su madre por la decisión, y al mostrarse preocupada de cómo se sentía únicamente le respondió sentirse “perfecta”.

En cumplimiento del programa de donaciones voluntarias, ante un caso grave los primeros en dar el ejemplo son los trabajadores del centro, a quienes incluso también los llaman a veces en sus casas.