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Matanzas, Cuba. En el aniversario 170 de su natalicio, estudiosos de la vida y obra de José Martí Pérez rememoran su llegada a Matanzas en el verano de 1862.

Hacia Hanábana se dirigió para acompañar a su padre, Mariano Martí, nombrado capitán pedáneo del Partido de esa localidad, un sitio que destacaba por su prosperidad azucarera y tráfico de esclavos.

El doctor en Ciencias Históricas, Arnaldo Jiménez, recuerda que aunque Caimito del Hanábana era un lugar sin muchos encantos, el niño Pepe disponía de suficiente tiempo para dar rienda suelta a los juegos infantiles y en ese lugar escribió a su madre.

Asegura que la presencia de Martí en Caimito del Hanábana quedó perpetuada, para dicha de todos, en el  Memorial en Calimete y en el Conjunto Monumentario del Parque de la Libertad, aunque piezas suyas se conservan en el Museo Oscar María de Rojas, en Cárdenas.

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