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Mirar a Cuba desde todos los ángulos posibles es hoy, una responsabilidad. Foto: L. Mitjans

Mirar a Cuba desde todos los ángulos posibles es hoy, una responsabilidad. Foto: L. Mitjans

                                                     “Es la era de la evolución, es la era de una nueva generación” (David Blanco)

“Pequeñas cosas” surge por la necesidad de decir, y con dos de los objetivos más pretenciosos a los que puede aspirar un periodista: lograr generar el debate (que muchas veces es más enriquecedor que el diálogo) y “tocar”, aunque sea una ínfima fibra de quien regale su valioso tiempo a algunas de estas líneas.

¿Puedo decir algo que no se haya dicho ya? Seguramente no. ¿Puedo escribir lo que otros ya han escrito de una forma diferente? Tal vez, pero es difícil, casi imposible. Lo único que ofrezco con certeza es otro punto de vista acerca de la cotidianidad.

Y, ¿para qué hablar de lo cotidiano? Porque como sentenció en una ocasión Alfredo Guevara “el alma no te la dan hecha”. Y, creo firmemente que es ahí, en el día a día, en las “Pequeñas cosas” , en los tropiezos de siempre, donde esta se cultiva. Pero más que todo, considero que el espejo de un país no es otra cosa que lo que sucede entre la salida y la puesta del sol.

Mirar a Cuba desde todos los ángulos posibles es hoy, una responsabilidad, teniendo en cuenta que, tan solo el paso de los años, es una prueba fehaciente de que no somos los mismos de otro tiempo. Este contexto exige oído agudo a todas las opiniones, mentes inteligentes, abiertas, desprejuiciadas y espacio para todas las voces que tengan algo que decir para construir una realidad mejor.

Usted, ya lo percibió. Este espacio que llegará todos los martes con la mirada puesta en las “Pequeñas cosas” es muy parecido a otros que ya existen. Lo bueno, es que aquí estará, como una opción; porque esa es una de las responsabilidades que tiene la prensa: brindar alternativas, para que quienes están del otro lado puedan escoger.

Finalmente, sirva este otro punto de vista para que aquellos que realizan pequeñas cosas por una Cuba cada vez mejor, salgan del anonimato (quienes lo estén) y se conviertan en ejemplos de que con simples cosas, también crece un país.

Y, como dato adicional, sepa usted que, lo que está por escribirse seguirá la idea señalada en los versos de un poeta revolucionario: Si yo dijera todo lo que pienso, todas las cosas que quiero decir, con todas las palabras que conozco y sin omitir un punto ni una coma, y lo que pienso a veces es tan feo, que puede herir a los que yo más quiero, nadie saldría conmigo, ni los perros (…) no hay derecho a destrozar la gente.