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Con la caída de las primeras gotas de lluvia se produce una situación particularmente delicada, ya que el agua, mezclada con el polvo y la grasa de la calzada, convierte al firme pavimento en una superficie muy deslizante y peligrosa.

Cuando llueve la visibilidad se reduce hasta el 50 por ciento y muchos desconocen que con mucha agua los neumáticos pierden el 25 por ciento su adherencia, lo que aumenta la posibilidad de que el vehículo patine.

Los conductores deben siempre estar atentos a las condiciones del tránsito y verificar el buen estado de los neumáticos, porque con las precipitaciones la adherencia de éstos disminuye considerablemente.

También se debe conducir a una velocidad moderada y duplicar la distancia prudente con el vehículo que lo antecede, para que tenga tiempo suficiente para frenar en caso de emergencia.

El peatón: el más vulnerable

En la época de lluvia los peatones no deben correr cuando empieza la precipitación, ni cruzar imprudentemente por las calles y avenidas, y tienen que utilizar los pasos peatonales.

También deben tener en cuenta no cruzar por entre los vehículos ya que pueden ser atropellados y recordar que la presencia de neblina y lluvia, por la noche, reduce la visibilidad, por lo que se aconseja utilizar ropa con colores visibles.

De igual manera, el peatón debe reducir el uso del celular mientras camina, especialmente cuando cruce las vías, y nunca confiarse de la preferencia que tiene, pues lamentablemente hay conductores que no respetan las leyes de tránsito.

Vale destacar que el uso del paraguas impide una correcta visión tanto de peatones como choferes, por lo que es importante cruzar con extremo cuidado cerciorándose de que no haya vehículos cerca.