La Habana, Cuba. – Con el firme propósito de enfrentar los problemas y solucionarlos para el bien colectivo, el proyecto social A Cuba hay que quererla lidera la reparación capital de una bodega en la barriada del Vedado habanero.

Desde hace poco más de una semana, un grupo de entusiastas cuentapropistas, apoyados por la Oficina del Historiador de La Habana, prestan sus brazos -de manera voluntaria- en los trabajos de remozamiento que acometen en el establecimiento de las calles 26 y D.

Suman mil 53 los núcleos familiares que se beneficiarán cuando el vetusto inmueble luzca como nuevo, felicidad que comparte desde ahora Rebeca Tablada, secretaria del núcleo zonal del Partido en la circunscripción 85 del Consejo Popular Vedado.

Esta obra es reflejo del legado de Eusebio Leal y el Comandante en Jefe, empeñados en darle calidad de vida a la población cubana, subraya emocionada Tablada.

Con el corazón puesto en Cuba

¡Tiene que quedar bonita!, es la frase que se escucha entre vecinos y trabajadores voluntarios que reparan la bodega ubicada en la esquina de 26 y D, en el capitalino Vedado.

Cuentan ellos mismos que allí acude cada lunes, temprano en la mañana, la directora adjunta de la Oficina del Historiador de La Habana, Perla Rosales, para chequear la obra y comprobar in situ que no falten insumos ni materiales.

Asiduos también a los encuentros en 26 y D, el cantautor Raúl Torres y el organizador Amado Riol, líderes del proyecto A Cuba hay que quererla, conquistan nuevos voluntarios como Daniel, cuentapropista productor de pinturas que donará para la bodega y la fachada del edificio.

Estimulante sintonía entre quienes eligen ponerle corazón a Cuba y continúan la contienda por la solidaridad y el humanismo, convencidos de que en esta isla todos somos familia.