La marcha integrada por oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cadetes, soldados y estudiantes.

A campo traviesa como ocurrió el 7 de diciembre de 1896, artemiseños y mayabequenses, reeditaron el rescate de los cuerpos sin vida de Antonio Maceo y su ayudante Panchito Gómez Toro.

La marcha integrada por oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cadetes, soldados y  estudiantes, inició su peregrinar desde el Complejo Monumentario, San Pedro, en Bauta, testigo del último combate del Titán de Bronce frente al enemigo.

En el pozo del Lombillo, donde fueron  lavadas las heridas y velados los cadáveres, y en la escuelita del Reparto La Ceiba, los marchistas homenajearon a los protagonistas de nuestras luchas libertarias, y evocaron al líder histórico de la Revolución

Yo soy Fidel, Hasta Siempre Comandante, Somos de la estirpe de Maceo, se escucharon durante la peregrinación que concluyó en el Cacahual con la guardia de honor al Titán de Bronce.