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Foto: Cortesía de Yordany Castro.

La Habana, Cuba. Todo de verde, y con el corazón apretado ante el adiós a sus dos mayores tesoros -sus hijas- Yordany Castro emprende, sobre ruedas, la humana misión de ayudar, sanar, regalar esperanza y aliento. Él es enfermero en Villa Clara, una de la provincias más afectadas por la Covid-19, y ahora, en estos días difíciles, forma parte del equipo que traslada en la ambulancia a pacientes sospechosos de padecer la enfermedad.

¿Sientes miedo? , responde al momento. Miedo de no regresar a casa, de no poder ver más a mi familia, a mis pequeñas, añade con voz entrecortada. Pero Yordany Castro es valiente. Admite el temor ante un enemigo invisible, sin embargo, no renuncia a su deber.

Nos ha contado del orgullo que siente de ayudar a su país y a la gente, de contribuir a salvar vidas en estos tiempos complejos signados por el nuevo coronavirus.

Cada guardia es un reto a la vida

Para el villaclareño Yordany Castro este es el momento más difícil de su carrera de 13 años como enfermero, pues se trata del enfrentamiento a una pandemia que ha dejado al mundo dolor y lágrimas. Cada guardia es un reto para la vida, expresa y otra vez resalta el apoyo de su familia que le da fuerzas para luchar, y le recuerda cuánto debe protegerse porque ellos quieren volver a verlo.

Respira hondo, y nos relata la anécdota de un ciudadano cubano procedente de México, quien presentaba síntomas de la Covid-19 y se rehusaba a acudir al médico. Cuando fue atendido por nuestro personal de salud -relata- entonces sus palabras fueron las siguientes: gracias, ningún país como Cuba. 

Yordany Castro tiene grabada esa frase en la mente y el corazón. También para él fue ese agradecimiento. Y para él, además, los aplausos de cada noche a las 9.