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Enfrentar un sabotaje eléctrico que afecta hoy alrededor del 80 por ciento de la población venezolana obliga a la ciudadanía a establecer una organización en las comunidades para circular información de primera necesidad.

Las redes sociales como Twitter y WhatsApp resultan uno de los principales mecanismos de comunicación popular, desde donde se revelan cuáles son los sitios donde hay mejor conectividad inalámbrica, las bombas de combustibles habilitadas o los supermercados disponibles.

Los grupos sociales ya establecidos en los edificios o barrios publican consejos de cómo realizar velas domésticas para paliar las más de 50 horas sin electricidad que afrontan algunas zonas desde el pasado 7 de marzo.

Asimismo, las autoridades gubernamentales también utilizan las plataformas digitales para mantener informada a la ciudadanía de la fluctuación del servicio eléctrico.