Damasco, Siria.- La decisión del gobierno estadounidense de entrenar a 30 mil  soldados en el norte sirio, en la frontera con Turquía, desató esta semana un polvorín de reacciones en esa región, sobre todo en Damasco y Ankara.

Tras el anuncio no se hizo esperar la condena por parte de las autoridades sirias, que en reiteradas ocasiones exhortaron a las fuerzas norteamericanas a que se retiren del territorio nacional, pues consideran que la organización de armados atenta contra la unidad e integridad de esa nación árabe.

Por su parte el ejército de Turquía amenazó con realizar nuevos ataques contra objetivos de las Unidades de Protección Popular, aliadas de Estados Unidos en la región siria de Afrin, al noreste de ese país árabe.

Según el portal web Al Masdar News, este viernes las tropas turcas bombardearon blancos de esas unidades kurdas, afiliadas a las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias, una alianza kurdo-Árabe, subordinada a mandos estadounidenses.

Los ataques contra Afrin, en la noroccidental provincia de Alepo, ocurren pese a que recientemente el gobierno de Dasmasco advirtió que cualquier embestida en el norte de ese país por Ankara sería considerado como un acto de agresión, violatorio de la soberanía nacional.

De acuerdo con los reportes, desde el miércoles último Turquía atacó las posiciones kurdas en Afrin, aún cuando Washington ha intercedido ante el gobierno de ese país parav defender a sus aliados.