Gobierno y guerrilla buscan la paz para Colombia
La Habana, Cuba. – El pasado jueves el presidente Juan Manuel Santos y el máximo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FAR-EP), Timoleón Jiménez, firmaron el nuevo acuerdo de paz que calificaron de último y definitivo.
Luego del rechazo en plebiscito del tratado inicial, suscrito en Cartagena de Indias en septiembre, delegaciones de ambas partes estudiaron propuestas de diversos sectores colombianos para reajustar el texto, consensos que culminaron en La Habana el 12 de noviembre.
El nuevo documento recoge esperanzas y observaciones de la mayoría de los ciudadanos, así como modificaciones en 56 de los 57 ejes temáticos renegociados en Cuba.
Respecto a los logros sustanciales del acuerdo, el presidente Santos aseguró que el campo se convertirá en el motor de desarrollo y que el mecanismo de justicia transicional concertado dejará atrás la violencia.
Sin marcha atrás
El nuevo acuerdo para la paz definitiva en Colombia será refrendado en el Congreso de la República y no mediante plebiscito, consulta que, explicó el presidente Santos, polarizaría de manera peligrosa al país y propiciaría la división en momentos donde la unión es indispensable.
Asimismo, destacó que el Congreso es la instancia democrática más idónea, pues en él están representados todos los sectores políticos y cada uno de los departamentos de la nación.
Luego de la aprobación del texto en el Parlamento, urgida reiteradamente por el jefe de Estado para garantizar el cese del fuego bilateral, comenzará el desplazamiento de las FARC-EP hacia las zonas de desarme y la preparación para su reincorporación a la vida civil.
Mientras, esperemos que la palabra sea la única munición de los colombianos y que los fusiles callen para siempre.