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Delimitar el futuro estatus de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, tras la salida británica de la Unión Europea, o Brexit, es clave para el acuerdo de separación.

Michel Barnier, negociador jefe de la Unión en las discusiones con Londres sobre el Brexit, señaló durante una sesión conjunta del Parlamento irlandés, que el bloque europeo tratará de impedir una frontera estricta entre este país y la región norirlandesa de la isla, que forma parte de Reino Unido.

De imponerse severas restricciones fronterizas que dificulten las comunicaciones entre ambas jurisdicciones, se dañarán las relaciones económicas entre las mismas, y se podría afectar además la paz en Irlanda del Norte.

Otro asunto de importancia crucial en la etapa inicial de las negociaciones es el relativo a la factura de la salida que deberá abonar Reino Unido en cumplimiento de los compromisos adquiridos.