El 22 de diciembre de 1961, el líder Fidel Castro Ruz proclamó al mundo el fin de la Campaña de Alfabetización en Cuba, ante una multitud inmensa reunida en la Plaza de La Revolución de La Habana.

En honor a la hazaña, se estableció esa fecha como Día del Educador y no caben dudas de que esa conquista fue uno de los hechos más trascendentes, en el año en que también se proclamó el carácter socialista de la Revolución y se aplastó la invasión mercenaria a Playa Girón.

Tiempos de construcción muy difíciles por las amenazas y agresiones de un enemigo poderoso que pronto enseñó sus colmillos y la herencia de injusticia también era inmensa y de larga data.

Pero el año 61 con otra victoria material y moral, esta vez contra el flagelo del analfabetismo, gracias a la campaña que Fidel calificó como una verdadera batalla contra la ignorancia.

Cuba, territorio libre de analfabetismo

Desde que nació la Campaña, el 1 de enero de 1961, el líder de la Revolución manifestó el empeño de la dirigencia del país y de él en especial, en hacer la campaña  en el período justo de un año.

Nacieron los contingentes de Maestros Patria o Muerte y las Brigadas Conrado Benítez, en honor al maestro asesinado por elementos contrarrevolucionarios.

Lejos de detener la campaña, los asesinos vieron ante sus ojos cómo se sumaban miles de jóvenes sin miedo al terror que los secuaces del imperialismo querían implantar a los maestros voluntarios.

Fidel reconoció el protagonismo juvenil, su entrega, los sacrificios, la generosidad, el gesto de hermandad, y especialmente a los caídos y sobre todo habló del futuro que se haría posible para todos a partir de ese momento. ¡Fidel, dinos qué otra cosa tenemos que hacer!, les respondieron los brigadistas y demás participantes.