
Ciego de Ávila es la plantilla más estable de los últimos diez años.
Siempre que empieza la pelota sube la exigencia sobre los conjuntos que deben avanzar a la siguiente ronda. Intentaremos acercarnos a los ocho que vemos con más opciones en esta temporada.
Ciego de Ávila es la plantilla más estable de los últimos diez años, con un mentor que archiva siete medallas y tres abridores de lujo: Vladimir García, Dachel Duquesne y Yander Guevara.
Pinar del Río, liderado por un mentor que quiere emborrachar a todos con su tabaco, solo resta por ver cómo funciona la ofensiva para sostener los resultados y devolver a sus parciales al estadio Capitán San Luis.
De Villa Clara el resumen es fácil: poderoso staff de pitcheo, alineación balanceada y defensa impecable, atributos para clasificar a cualquier fase. En el caso de Matanzas, la salida de algunas figuras parece una incógnita en el rendimiento, pero su estrenado mentor, Víctor Figueroa, confía en luchar por una medalla.
Cuatro más de respeto
Entre los ocho equipos que deben estar buscando los seis boletos para la segunda fase de la serie nacional no pueden faltar los Industriales.
El plus de Víctor Mesa parece ser suficiente para que muchos sueñen con una nueva versión del equipo más seguido de la pelota nacional. En el caso de Granma, campeón vigente, hay que respetarla siempre, aunque su brazo de oro, Lázaro Blanco, no podrá tirarles quizás hasta finales de la primera etapa.
Mucho debe esperarse también de Camagüey, con brazos jóvenes en la lomita y una madurez interesante en los Segura, Bravo, Moas y Téllez, que pueden volverlos a colar en la segunda fase.
Finalmente, Holguín es de los elencos que mojan y empapan de buen béisbol a su afición, a partir de la exigencia y conocimiento de su mánager. Andan detrás de una medalla y parece difícil, pero no imposible.