Aún no lo creo, sobreponerse al dolor es difícil, Fidel me quería desde que yo era jovencito, desde que me abrazó cuando leí el comunicado de una delegación deportiva, dijo el pelotero Orestes Kindelán, en la santiaguera Plaza de la Revolución Antonio Maceo.
El máximo jonronero del béisbol cubano, expresó su renovado compromiso con la Patria, y rindió en ese sitio histórico Guardia de Honor en tributo al Comandante en Jefe, junto a glorias deportivas y representantes del pueblo.
Al equipo Cuba le daba UNA comida de despedida y una de bienvenida cuando participaba en eventos internacionales, ya nosotros salíamos con la bendición, sabíamos que las cosas nos iban a salir bien, que íbamos a tenerlo contento a él y al pueblo, dijo Kindelán.
Los jóvenes peloteros, enfatizó el mítico cuarto bate, pueden honrar a Fidel, saliendo al terreno a hacer las cosas bien, pensando en su pueblo y en divertir a la afición.