Camagüey, Cuba. – Entre los nombres imprescindibles del panorama cultural camagüeyano está Nazario Salazar Martínez, un creador en toda la extensión de la palabra quien siempre ha dedicado su obra a su querida patria chica, tierra de tinajones y calles adoquinadas.

Según confiesa, la estrella de artista la traía antes de nacer, pues cuando llegó al mundo su padre le tenía lista una minibiblioteca, y con su apoyo fueron inmediatos los vínculos con la lectura, el diseño, y las artes plásticas.

Sus posibilidades se enriquecieron tras graduarse como instructor de arte en 1970, y por ese tiempo le surgieron inquietudes de cómo lograr algo distinto en la cerámica.

Evoca que fue entonces cuando nació la idea de calar las obras hechas con barro para hacerlas más livianas y, a la vez, aportar un estilo diferente como es visible en sus exclusivos y hermosos ceramios.

Fundador de la nueva cerámica camagüeyana

Junto a su colega Oscar Rodríguez Lasseria, Nazario Salazar está entre los fundadores de la Nueva Cerámica Camagüeyana con un particular modo de hacer, fiel a su terruño.

Siempre traté de que mi obra fuera con barro camagüeyano, sin pintarlo, sin barnices, sino con las características propias de esta tierra, señala el multipremiado artista, quien describe como una sensación única el momento en que tiene entre sus manos la mezcla para moldear.

Otra de sus grandes satisfacciones es el Proyecto Colibrí de arte miniaturista que lleva junto a la filial camagüeyana de la Sociedad Cultural José Martí, y el cual tiene un ganado reconocimiento nacional.

A sus 82 años de edad, confesos y plenamente vividos, Nazario Salazar mantiene plena vitalidad creativa en su Camagüey natal, a la sombra inspiradora de sus necesarias plantas y tinajones.

Fotos: Yamylé Fernández Rodríguez