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Carlos del Porto Blanco

“No rompas el silencio si no es para mejorarlo”. Ludwig van Beethoven

La sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba abrió sus puertas a la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba. En esta ocasión para realizar un concierto dedicado a la nueva música sinfónica que se compone en México y a la de Ludwig van Beethoven. La orquesta fue conducida por el director mexicano David Pérez Olmedo. El programa se conformó con las obras “Tarima de fuego” del compositor mexicano Rodrigo Lomán, “Sarao” del también músico mexicano, Arturo Márquez, ambas piezas son estreno en Cuba; y para finalizar se interpretó, la Sinfonía número 1 en Do Mayor opus 21.

El compositor y guitarrista mexicano Rodrigo Lomán, nació en 1986, creció escuchando obras de Mozart y Brahms. Forma parte de una generación de músicos veracruzanos cuyas raíces tradicionales se aprecian de manera sonora en cada una de sus composiciones. Se graduó con mención honorífica de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana con una formación clásica de concierto, pero mezclándola con la música tradicional mexicana.

Lomán creció escuchando las obras de Mozart y Brahms. Al conocer la música de Silvio Rodríguez y la llamada “Nueva Trova”, descubre una ventana a otros estilos musicales, entre ellos el son jarocho y el son huasteco. El músico es heredero de una tradición familiar y talento artístico, pues su bisabuelo Juan Lomán fue el director fundador de la Orquesta Sinfónica de Xalapa, una de las orquestas sinfónicas más reconocidas del país.

La obra “Tarima de fuego”, estrenó en Cuba, fue comisionada al compositor cuando trabajaba en la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz. La pieza surge como una iniciativa para materializar musicalmente las raíces culturales del estado de Veracruz, con el objetivo de que la música de concierto llegara a públicos más amplios. Lomán planteó que “es una composición que mezcla elementos de la música clásica y la música tradicional veracruzana”, lo cual ha sido su sello distintivo durante su carrera profesional. La interpretación de la pieza gustó al público que la premió con sus aplausos. Por su parte el Director reconoció a los solistas de clarinete, oboe y trombón.

La segunda obra “Sarao”, también estrenada en Cuba en esta función, es de la autoría del compositor mexicano Jesús Arturo Márquez Navarro. Este músico nació en Álamos, Sonora, México el 20 de diciembre de 1950 y es reconocido por utilizar formas y estilos musicales mexicanos e incorporarlos en sus composiciones. Fue galardonado en 2009 con el Premio Nacional de Bellas Artes de México.

Según escribe Luis Manuel Molina en el programa de mano, la obra fue compuesta en el 2012, al ser comisionada por el gobierno de Campeche para honrar el cierre del ciclo del calendario maya. Es una suite en tres movimientos. “Jarabe”, sigue la estructura rítmica del jarabe criollo campechano. El segundo movimiento “Clave en sol” es un breve danzón que invita a bailar honrando al astro rey. El tercer y último movimiento “Principio y fin” es una danza inspirada en la famosa campecharita habanera, uno de los bailes más atractivos del sarao. Por la ejecución de la obra el Director reconoce a la solista de los clarinetes, a la sección de los cornos, la solista de las flautas, y a las sección de las trompetas y los trombones.

Para cerrar el concierto se ejecuta la Sinfonía número 1 en do mayor, opus 21 compuesta por Ludwig van Beethoven entre los años 1799 y 1800. Esta obra es la primera de sus nueve sinfonías y fue dedicada al barón Gottfried Van Swieten.

El compositor, director de orquesta, pianista y profesor de piano alemán, Ludwig van Beethoven, nace en Bonn, Arzobispado de Colonia, actual Alemania, el 16 de diciembre de 1770 y muere en Viena, Imperio Austriaco, actual Austria, el 26 de marzo de 1827. Su legado musical abarca, cronológicamente, desde el Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo. Es considerado uno de los compositores más importantes de la historia de la música y su legado ha influido de forma decisiva en la evolución posterior de este arte.

Es el último gran representante del clasicismo vienés (después de Christoph Willibald Gluck, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart). Beethoven consiguió que la música del Romanticismo trascendiera, influyendo en diversas obras musicales del siglo XIX. Su arte se expresó en numerosos géneros y aunque las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su principal impacto se da en sus obras para piano y música de cámara.

Su producción incluye los géneros pianísticos (treinta y dos sonatas para piano), de cámara (numerosas obras para conjuntos instrumentales de entre ocho y dos miembros), concertante (conciertos para piano, para violín y triple), sacra (dos misas, un oratorio), lieder, música incidental (la ópera Fidelio, un ballet, músicas para obras teatrales), y orquestal, en la que ocupan lugar preponderante nueve sinfonías.

Se considera que la composición de la pieza se llevó a cabo entre los años 1799 y 1800, fecha del estreno. A diferencia de muchas de sus obras posteriores, no existen pruebas escritas de la creación de la Primera Sinfonía, ya que no se conservan partituras autógrafas completas ni bocetos. Es probable que se haya perdido un cuaderno de bocetos completo de ese periodo. Como se conoce por los bocetos que se conservan, Beethoven ya había trabajado en una sinfonía en do mayor en Viena entre 1795 y 1796. Sin embargo, ese primer intento no se concreó.

La sinfonía presenta rasgos que la marcan de manera única como obra de Beethoven, en particular el uso frecuente de sforzandi, así como cambios repentinos en los centros tonales que fueron poco comunes en la forma sinfónica tradicional (sobre todo, en el tercer movimiento)., y el uso prominente e independiente de instrumentos de viento. El estreno se realizó el 2 de abril de 1800 en el K.K. Hoftheater nächst der Burg de Viena, Imperio Austriaco, actual Austria.

Algo destacable es la comunicación que estableció el Director con el público, al explicar elementos de las obras, hecho que ayuda al auditorio a disfrutar más de los conciertos. Debe ser esta una practica más extendida para lograr que a nuestras salas de conciertos asistan más personas.

El próximo concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional se celebrará el domingo 9 de marzo a las 11 a.m. en la sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba.

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