La Habana, Cuba. – El Premio Nacional de Teatro correspondió este año a Rubén Darío Salazar y Zenen Calero, creadores que, como argumentó el jurado, han aportado valores apreciables a la escena cubana y en particular al teatro de títeres, con su labor artística, investigativa y docente.

El Consejo Nacional de las Artes Escénicas realzó la fecunda trayectoria de ambos, fundadores del Teatro de las Estaciones de Matanzas, compañía líder del arte de la figura animada en el país.

El santiaguero Rubén Darío Salazar, quien además está al frente del Teatro Nacional de Guiñol, es actor y master en dirección de escena, ha dirigido más de 35 puestas y creó la unidad docente Carucha Camejo para la formación de jóvenes titiriteros.

Zenen Calero, de Matanzas, es de los imprescindibles del diseño escénico en el teatro para niños y de títeres, con espectáculos plenos de energía y belleza.