Camagüey, Cuba.- El director del Ballet Folclórico de Camagüey, el Maestro Reynaldo Echemendía, refirió que vale la pena ver la sonrisa de un niño que amparado en su inocencia, va al encuentro de quienes con infinito amor llegan para cantarle o  hacerle reír.

Reiteró que es gratificante el agradecimiento de los albergados, al ver la destreza del payaso o los ritmos del tambor folklórico y como sus espiritualidades se llenan de renovadas energías.

El Maestro Echemendía dijo que vale la pena observar los rostros, que marcados por la crudeza, se vuelven cómplices de la espontaneidad organizada para este tiempo; a partir de un arte que nace para el pueblo.

Destacó que ser artista es ser parte de la fe y la esperanza, que hace feliz a la gente, para sentir la gratitud de sus ojos, la emoción de sus aplausos y devolverles ese hálito de confianza de que siempre está ahí la caridad de la Patria.