La Habana, Cuba. – Muchos dicen y con razón que «el nasobuco llegó para quedarse», pues esa pieza textil es vital para evitar el contagio con el nuevo coronavirus causante de la Covid-19.

Por sus características las mascarillas tienen diversas tipologías, desde las artesanales confeccionadas con tela en la máquina de coser casera y las elaboradas en la industria.

Todas con un fin común, evitar el contagio del mortal virus que tiene su fuente de diseminación en las micro partículas de fluidos que salen al respirar o hablar una persona infectada.

En Cuba los más extendidos son los nasobucos caseros, los que se deben elaborar con al menos tres capas de tela, cuidando que la del centro sea con un tejido absorbente como es la lana o la felfa, única forma de garantizar cumpla su cometido de protección frente al SARV CoV-2.

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