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La Naturaleza habla y el hombre debería escuchar. Víctor Hugo

La Habana, Cuba. – Acaba de culminar la COP 28 y quizás su resultado más destacado es que se aprobó una reducción del uso de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Esto significa que se debe acelerar la transición a las fuentes de energías renovables. Se acordó triplicar el uso de las energías renovables y duplicar los niveles de eficiencia energética existentes hoy. El documento final pide reducciones rápidas, significativas y sostenidas de los gases que provocan el efecto invernadero, sobre todo dióxido de carbono y metano. En un 43 por ciento para el 2030 y 60 por ciento para el 2060.

Para lograr esos objetivos todos los sectores económicos y ciudadanos tenemos una parte que hacer. En el caso específico de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, TIC, las estadísticas demuestran que crece su cuota de participación en las emisiones de estos gases. El uso de dispositivos móviles es creciente, al igual que el uso de Internet y eso esta soportado en grandes centros de datos, que crecen en cantidad y potencia año tras año y son voraces consumidores de energía. Sobre como se enfrenta este fenómeno, hablaré en la columna de hoy.

El término green computing también conocido como green IT o traducido al español como tecnologías verdes, yo prefiero decir, computación verde, ya que es más específico, se refiere al uso eficiente de los recursos computacionales tratando de minimizar el impacto ambiental, maximizando su viabilidad económica y asegurando su uso social. No sólo identifica a las principales tecnologías consumidoras de energía y productores de desechos ambientales, sino que ofrece el desarrollo de productos informáticos ecológicos y promueve el reciclaje computacional. Algunas de las tecnologías clasificadas como verdes debido a que contribuyen a la reducción en el consumo de energía o emisión de dióxido de carbono son computación en nube, computación en malla (grid), virtualización en centros de datos y teletrabajo.

Su objetivo principal es minimizar el impacto ambiental de la industria informática, que es muy contaminante. Pero, pocas personas conocen su verdadero significado y ventajas. La computación verde es una tendencia o una forma de relacionarse con la tecnología de un modo sostenible. Se centra en que tanto el hardware como el software, sean poco contaminantes y que no resulten perjudiciales para el medioambiente.

La computación verde representa una perspectiva transformadora en el campo de las TIC. Desde la creación de los smartphones hasta la gestión de complejos centros de datos, esta filosofía abarca todo el ciclo de vida de los dispositivos informáticos, con un enfoque en la sostenibilidad medioambiental y la eficiencia. La computación verde busca diseñar, producir y gestionar dispositivos de manera que reduzcan su impacto ecológico y promuevan prácticas sostenibles.

El año 1992, marcó un hito importante en la búsqueda de un enfoque más ecológico para la tecnología. La Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA) dio un paso al frente al presentar el programa Energy Star. Ese programa tenía un objetivo claro: identificar y etiquetar productos de hardware que fueran excepcionalmente eficientes en términos de consumo energético. La marca Energy Star, reconocible por su estrella blanca sobre fondo azul, no tardó en extenderse más allá de las fronteras de los Estados Unidos.

La cantidad de energía eléctrica que es necesaria para que puedan operar los diferentes equipos de cómputo es grande, se debe considerar a las estaciones de trabajo, los servidores y los diferentes dispositivos necesarios como los centros de datos que los alojan, los sistemas de clima, iluminación, sistemas de alimentación ininterrumpida, switchs, ruteadores, entre otros. Todo eso garantiza satisfacer las demandas de información de los usuarios. Hoy día las empresas relacionadas con los equipos de cómputo trabajan con el fin de mejorar esos aspectos y toman acciones para la reducción del consumo de energía.

Es evidente la importancia de la implementación de medidas para el ahorro de energía. Eso comienza desde la simple acción de apagar un equipo que no se está utilizando. Esa simple acción puede decrementar en cerca del 50% el consumo energético por cada 100 servidores. Se plantea que, en promedio los negocios que introducen administración automatizada de energía reducen en 20% el consumo energético.

Otro aspecto a considerar para la reducción del uso de energía en los equipos de cómputo es la implementación de procesadores ahorradores de energía que utilizan el algoritmo DVFS (Dynamic Voltage and Frequency Scaling) el cual reduce el consumo de energía, cambiando el voltaje y la frecuencia del procesador en forma dinámica, ese algoritmo dio lugar a otros algoritmos inteligentes como el EnergyFit el cual procesa los requerimientos y modifica el voltaje del procesador en tiempo real minimizando el gasto de energía.

En el año 2004, Intel Corporation tomó una decisión. En lugar de seguir desarrollando los chips conocidos como Tejas y Jayhawk, optó por una ruta diferente. Reconoció que el aumento en la velocidad de los chips estaba requiriendo sistemas de refrigeración costosos y ruidosos, la compañía comenzó la búsqueda de tecnologías de chips más eficientes. Esa medida no solo significó un cambio en la estrategia empresarial de Intel, sino que también simbolizó un compromiso con la eficiencia y la sostenibilidad en la industria de la tecnología.

En el mundo de la computación verde, las iniciativas concretas no se limitan a un solo ámbito, sino que abarcan diversos aspectos de la tecnología y la sostenibilidad. Algunas de las iniciativas más destacadas incluyen:

  1. Diseño de hardware eficiente: Los fabricantes de hardware trabajan constantemente en el desarrollo de dispositivos más eficientes desde el punto de vista energético. Eso implica la creación de dispositivos electrónicos que consuman menos energía durante su funcionamiento.
  2. Fuentes de energía renovable: Muchas organizaciones adoptan fuentes de energía renovable, como la solar o la eólica, para alimentar sus centros de datos y operaciones informáticas. Eso reduce la huella de carbono de la tecnología.
  3. Virtualización: La virtualización permite utilizar un solo servidor físico para ejecutar múltiples máquinas virtuales, lo que mejora la eficiencia y reduce la necesidad de más hardware.
  4. Reciclaje de hardware: La gestión responsable del ciclo de vida del hardware informático es esencial. Eso incluye la reutilización de equipos, la donación de dispositivos aún funcionales a otras organizaciones y el reciclaje adecuado de componentes electrónicos.
  5. Gestión de energía: Las soluciones de gestión de energía controlan y optimizan el consumo eléctrico de los dispositivos informáticos, lo que conlleva a importantes ahorros de energía.
  6. Centros de datos ecológicos: El diseño eficiente de centros de datos es fundamental para reducir su consumo de energía. Eso incluye la gestión del enfriamiento, la eficiencia en el uso del espacio y la implementación de tecnologías de recuperación de calor residual.
  7. Energía inteligente en dispositivos: Los dispositivos informáticos incorporan funciones de ahorro de energía, como la hibernación y el modo de suspensión, para reducir el consumo eléctrico cuando no están en uso.
  8. Educación y conciencia: Fomentar la educación y la conciencia entre los usuarios y profesionales de la informática sobre prácticas sostenibles y la importancia de la computación verde.
  9. Cumplimiento normativo: Las regulaciones ambientales cada vez más estrictas están impulsando a las organizaciones a adoptar prácticas más verdes en sus operaciones informáticas.

Los objetivos de la computación verde no solo abarcan la eficiencia energética, sino que se extienden a un compromiso más amplio con la sostenibilidad y la responsabilidad medioambiental en el entorno de las tecnologías informáticas. Esa visión integral busca transformar la industria tecnológica en una fuerza positiva tanto para el medio ambiente como para la economía. Un desglose de esos objetivos, en detalle, es el siguiente.

  • Reducir emisiones de gases de efecto invernadero: Uno de los principales objetivos de la computación verde es contribuir a la lucha contra el cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Eso se logra al optimizar el consumo de energía de los dispositivos y centros de datos, lo que disminuye su huella de carbono. Al mismo tiempo, esa eficiencia energética conlleva a un ahorro significativo de dinero para las organizaciones y empresas que adoptan prácticas más sostenibles.
  • Promover prácticas sostenibles en la producción: El camino hacia la computación verde implica la promoción de prácticas sostenibles en la producción de tecnología. Eso significa que, desde el diseño hasta la fabricación, se buscan métodos que minimicen el impacto ambiental. La utilización de fuentes de energía alternativas en la fabricación y la reducción de residuos son elementos clave de esta iniciativa.
  • Aumentar la Durabilidad: Un objetivo fundamental es aumentar la durabilidad de los productos tecnológicos. Eso implica diseñar dispositivos que sean resistentes y puedan extender su ciclo de vida útil. Al limitar la obsolescencia prematura, se evita que los dispositivos sean desechados antes de tiempo, lo que a su vez reduce los residuos electrónicos.
  • Reciclaje y Eliminación: La gestión adecuada de los dispositivos al final de su vida útil es esencial. Eso incluye el reciclaje y la eliminación segura de los dispositivos tecnológicos. Evitar que sustancias nocivas terminen en vertederos y fomentar la reutilización de componentes son prácticas clave en esta fase.
  • Gestión de la Energía: Lograr una mayor eficiencia energética es otro objetivo importante. Eso implica la adopción de tecnologías y prácticas que reduzcan el consumo de energía de los dispositivos y centros de datos. Utilizar fuentes de energía renovable, controlar cuándo y dónde se necesita más electricidad y reutilizar la energía residual son estrategias esenciales para alcanzar este objetivo.
  • Diseño de Centros de Datos: Finalmente, el diseño ecológico de centros de datos es esencial en el camino hacia la computación verde. Eso abarca no solo la eficiencia de los sistemas informáticos, sino también los sistemas eléctricos, sistemas de refrigeración, condiciones ambientales y más. La optimización del espacio, la eficiencia y el rendimiento son factores clave en la creación de centros de datos más sostenibles.

Usted que me lee, también puede hacer algo en este sentido: apague su computadora o póngala en modo de hibernación cuando no la esté usando; desconéctela de la corriente cuando sepa que pasará tiempo sin utilizarla; establezca tiempos de espera adecuados en la configuración de su monitor, de forma tal que al no existir actividad en mouse o el teclado en ese lapso de tiempo, el monitor se apague; establezca el modo oscuro en su móvil, así los contenidos se visualizarán en fondo negro, (la mayor área de trabajo) y letras blancas; y por último desenchufe el cargador de la red, siguen consumiendo energía aunque no esté conectado al dispositivo. Son algunas ideas que usted puede acometer ya, y estaría contribuyendo a disminuir su huella de carbono.