Por: Claudia Rodríguez Colón

Una frase que escuchamos desde pequeños: “el Medio Ambiente es todo lo que nos rodea”. Eso dice el profesor de primaria de la asignatura El mundo en que vivimos, para intentar explicarles a unos niños que se distraen incluso por el zumbido de una mosca, el complejo funcionamiento del Medio Ambiente.

Sin embargo, aunque desde nuestra temprana infancia lo conocemos, lo oímos nombrar e incluso reconocemos su importancia, nuestra atención a los temas medioambientales es insuficiente.

Los centros de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) y de Investigación en Gestión y Educación Ambiental (CIGEA), pertenecientes ambos al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) de Cuba, realizaron en 1999 un primer diagnóstico acerca de los problemas ambientales actuales a la población cubana y los resultados de dicho estudio demostraron que 75 por ciento de las personas encuestadas tenía una concepción limitada del Medio Ambiente.

Esta no es una cuestión que afecte solamente a nuestro país, pues hace pocos años era y aún hoy sigue siendo un problema a nivel mundial la escasa divulgación de temas científicos y ambientales.

Una de las causas de este problema es la prioridad que se le da en los medios a las investigaciones y noticias de corte social, económico y político, que no permite un desarrollo extensivo de estudios sobre ciencia y Medio Ambiente.

Thelma Gómez Durán, periodista especializada en temas ambientales de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), relata la anécdota de un periodista mexicano, dedicado a la cobertura de temas políticos, que expresó que el Periodismo Ambiental era “muy aburrido” y que pensaba que los temas ambientales “solo tenían que ver con arbolitos y animalitos”.

También, el químico y periodista vasco, especializado en temas medioambientales Julen Rekondo, explica que “hace unos años, pensar en periodismo ambiental era casi una utopía.

No porque no existieran ya profesionales convencidos de la necesidad de informar sobre las cuestiones de nuestro entorno, sino por la falta de confianza de los medios de comunicación en este tipo de noticias”

Igualmente, la mayoría de los profesionales dedicados a investigar temas medioambientales están de acuerdo en que ha habido una evolución en su tratamiento periodístico, pues existe una marcada diferencia entre las publicaciones de Medio Ambiente a finales de los años 80 y las actuales. Y es que entonces, no existían secciones especializadas. La mayoría de las noticias ambientales aparecían en el “cajón de sastre” de Sociedad y cada centímetro de periódico, revista, o minuto en los informativos de radio y televisión constituía una verdadera proeza.

No había sensibilidad en los medios, la preparación de los “especialistas” era muy básica y en la mayor parte de las veces autodidacta y, salvo notorias excepciones, los jefes de redacción y editores se mostraban refractarios a este tipo de contenidos. También era un lujo contar con un periodista a tiempo completo para temas ambientales.

No obstante a problemas conceptuales y acusaciones y debido a la gran crisis ambiental que afecta a nuestro planeta, en la actualidad se reconoce la importancia del tratamiento de los temas ambientales para el futuro. Por ello se le ha dado un poco más de visibilidad en la agenda mediática a nivel mundial.

Se han realizado en estos últimos años importantes investigaciones periodísticas sobre temas ambientales como la serie titulada Nemagón: herencia maldita, del periodista nicaragüense José Adán Silva, publicada en el diario La Prensa y Un río en busca de un país del periodista brasileño Claudio Cerri, dedicado al río San Francisco.

Sin embrago, el tratamiento de los temas ambientales adquiere a veces un cariz “catastrofista”, por la situación ambiental del planeta y el sensacionalismo del que se nutren muchos medios de comunicación.

Por el hecho de que los medios de comunicación representan el poder de la opinión pública, los trabajos periodísticos de corte ambiental deben tratarse en vistas a educar y a crear conciencia para disminuir los daños al Medio Ambiente. Se hace necesaria una labor educativa y no solamente difusora por parte de los periodistas, labor que ha sufrido un abandono, ya que muchos de estos temas son tratados superficialmente, sin el rigor e investigación necesarios.

En Cuba, estos problemas afectan también la difusión de los temas ambientales, a pesar de los métodos empleados para lograr su mayor divulgación y aceptación.

El tema medioambiental ha sido estudiado por instituciones como la Universidad de la Habana, particularmente en Trabajos de Diploma. De ellos existen varios 1de la Facultad de Comunicación como las Tesis de Licenciatura Hombres de Proa, de Sarah Paz Martín, Crónicas de una ciudad en sepia, de Lisandra de la Paz, Silencios, Estereotipos, Incógnitas, de Diana Rosa Schlachter y Entre el dicho y el hecho. El tratamiento comunicativo del tema ambiental en Cuba, de Tamara Roselló Reina y Marielis Del Toro Padrón.

Estos trabajos han arribado a la conclusión de que existe una escasa cobertura a temas de ciencia y Medio Ambiente en los medios nacionales y que los programas sobre cuestiones científicas tienen una audiencia mínima.

Los temas ambientales, que casi siempre están incluidos dentro de los científicos tienen, en la opinión de varios periodistas que los tratan, escasa difusión en el país y son calificados como “de campaña”, que no es priorizado en la agenda mediática a no ser que esté vinculado a sucesos internacionales, a fechas vinculadas al Medio Ambiente o a fenómenos ambientales que afecten al país.