Mayabeque, Cuba. Las tierras cuando se someten por años a un proceso de degradación pierden sus facultades para la siembra, de ahí la necesidad de lograr su recuperación para restituirles sus propiedades, elevar el contenido de materia orgánica y textura.

Esas acciones, conocidas como Resiliencia, permiten rescatar cientos de hectáreas en las provincias de Artemisa y Mayabeque, poseedoras de suelos ferralíticos rojos, considerados los mejores del país para la siembra de vegetales, viandas y hortalizas.

Especialistas del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas de Mayabeque han orientado sembrar pastos y frutales, además de utilizar el humus de lombriz, el estiércol vacuno, los abonos verdes, la tracción animal y otras prácticas agroecológicas. Dichas tareas han permitido rescatar aquellas tierras degradadas.

Experiencia de Mayabeque para Cuba

El rescate de tierras muy degradadas en Artemisa y Mayabeque, con la aplicación de prácticas agroecológicas, la utilización de bioproductos orientados por los científicos y experiencias de la masa campesina, se ha extendido con éxito hacia otras zonas del país.

Alcanzar la Resiliencia de los suelos y mantener sus propiedades es tarea vital en cada entidad agrícola por ser la agricultura fuente fundamental en la producción de alimentos para la población.

En el caso de la capital cubana, se abastece principalmente con productos cosechados en los campos de Artemisa y Mayabeque, de ahí la importancia de rescatar esas tierras.

Recuperarse para alcanzar una agricultura sostenible es la base del término Resiliencia, que no solo se aplica a esta rama, también en toda la sociedad para hacerla mucho más feliz.

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