La totalidad de los mares son afectados por lo que pase incluso con una pequeña piedra. Blaise Pascal
La Habana, Cuba. – La Casa de las Tejas Verdes sirvió de sede en los meses de noviembre y diciembre pasados al curso de postgrado “Civilización industrial, medioambiente y cultura material”. El día 7 de febrero se efectuó el acto académico de la entrega de los certificados. Hubo una gran sorpresa, la invitación a la Dra. Patricia González Díaz para impartir la conferencia sobre el Bojeo a Cuba realizado en el verano pasado y que ella lideró.
Esa misión tuvo como objetivo evaluar la condición y la salud actual de los arrecifes de coral someros alrededor de toda la plataforma cubana y las poblaciones de los grandes depredadores.
Como parte del trabajo se evaluaron 64 sitios en 23 zonas de arrecifes. Se navegaron 1960 millas náuticas en 202 horas y 10 minutos durante 53 días de navegación. Se evaluaron 57 839 colonias coralinas en 6200 metros cuadrados, con una densidad aproximada de 42 colonias por cada diez metros cuadrados y 53 especies.
Una de las hipótesis que se pudo corroborar en la expedición fue que existe una gran afectación de las poblaciones coralinas. Lo cual se detectó fundamentalmente por el blanqueamiento, aunque también se determinaron daños por bioerosión y enfermedades. La experta planteó que se apreció la presencia del Síndrome Blanco o Enfermedad de Pérdida de Tejido de Corales, de la que se conocía su presencia en al Gran Caribe y el golfo de México. Esa lesión, de reciente presencia y muy letal, tiene una distribución geográfica de amplio rango y es de larga duración.
Afecta a más de 25 especies de corales provocando la muerte de las colonias de manera rápida (solo semanas). Se ha determinado que es provocada por un patógeno bacteriano o consorcio microbiano. El primer punto de presencia de la enfermedad detectado en el territorio nacional fue Playa Girón y ocurrió a finales de noviembre de 2023. La comunidad de todo el caribe y el golfo de México esta movilizada para dar una respuesta a esta situación.
Según Patricia, el equipo multidisciplinario que realizó los estudios llegó a las siguientes conclusiones preliminares: Los principales impactos encontrados en los arrecifes de coral de Cuba se deben al efecto conjunto de la Crisis Climático Global y de daños provocados por el ser humano como la sobrepesca y desechos de origen terrestre.
Otro dictamen fue que los arrecifes cercanos a las grandes ciudades o de fácil acceso son los más impactados por el efecto directo de las actividades humanas. El hecho de que blanqueamiento de los corales se encuentre en porcentajes superiores al 60% de incidencia, pudiera propiciar enfermedades y mortalidad en dichos organismos en un plazo de tiempo relativamente breve. La situación de los arrecifes del sur del país es aún más comprometida que los de la zona norte.
Se evidenció la presencia en Cuba de la enfermedad de Síndrome Blanco, así como del coral blando invasor, lo que significa un riesgo muy alto para la salud y existencia de los arrecifes de coral. Debido a la magnitud del problema, apremia que Cuba disponga de una estrategia nacional multifactorial para enfrentar esa situación.
Otra de las conclusiones fue que los peces grandes de los arrecifes de coral y los tiburones muestran valores de biomasa bajos y de frecuencia escasos, respectivamente, en la mayoría de las zonas muestreadas, presumiblemente relacionados con la elevada actividad pesquera y la proximidad de las ciudades a la zona costera.
Desgraciadamente se apreció que algunas áreas protegidas marinas no mostraron buenos indicadores en su ictiofauna (fundamentalmente en el caso específico de peces y tiburones). Las regulaciones ambientales y pesqueras no se aplican adecuadamente. La pesca de especies amenazadas y protegidas se mantiene (se detectaron en la travesía redes para la captura de las tortugas y restos de estas). También se manifestó la captura con artes masivos no autorizados (como tranques y chinchorros). Además, se notó con frecuencia pesca no autorizada en áreas protegidas.
Este asunto debe ser asumido por los gobiernos locales y las autoridades regulatorias con la urgencia que requiere. Las comunidades costeras no deben estar de espaldas a su mar, mañana puede ser mañana tarde.
Esta investigación mostró lo frágil que es ante nuestra actividad cotidiana, ese inmenso mar que nos rodea. Todos podemos hacer mucho para que el mar se convierta en un gran recurso para el país, la contemplación de sus fondos y su biodiversidad valen un Potosí, como decían en tiempo de la colonia los europeos. De nuestra actitud cotidiana que se salve un delfín, una tortuga una gaviota o cualquier otra especie, piénselo la próxima vez antes de lanzar una lata de aluminio vacía o una bola de nylon, que pueda llegar al mar.
Con esa sugerencia cierro, y ya sabe, si me ve por ahí me saluda.