Carlos del Porto Blanco
Nunca comprenderá usted lo que sentimos los músicos cuando oímos detrás de nosotros el paso de un gigante como Ludwig van Beethoven. Johannes Brahms.
El último domingo se efectuó el concierto habitual de la Orquesta Sinfónica Nacional en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba. En esta ocasión la agrupación fue conducida por la Maestra argentina Natalia Salinas y contó con la interpretación como solista invitada de la flautista cubana Maestra Niurka González.
El programa estuvo conformado por la obertura de “Las criaturas de Prometeo”, opus 43 de Ludwig van Beethoven, el Concierto para flauta y orquesta en Re mayor, opus 283 de Carl Reinecke y la Sinfonía número 2 en Re mayor, opus 73 de Johannes Brahms. Una expresión conocida en el campo de la llamada música clásica, es la de las “Las tres bes”, acuñada por Hans von Bülow, esa santa trinidad se refieren a Bach, Beethoven y Brahms como tres de los mayores compositores de la historia de la música. En esta mañana dominical se disfrutó de la música de dos de ellas.
El compositor, director de orquesta, pianista y profesor de piano alemán Ludwig van Beethoven, nació el 16 de diciembre de 1770 en Bonn, Arzobispado de Colonia, actual Alemania y murió el 26 de marzo de 1827 en Viena, Imperio Austriaco, actual Austria. Su legado musical abarca, cronológicamente, desde el Clasicismo hasta los inicios del Romanticismo. Es considerado uno de los compositores más importantes de la historia de la música y su legado ha influido de forma decisiva en la evolución posterior de este arte.
Se valora que es el último gran representante del clasicismo vienés (después de Christoph Willibald Gluck, Joseph Haydn y Wolfgang Amadeus Mozart), Beethoven consiguió hacer trascender la música del Romanticismo, influyendo en diversidad de obras musicales del siglo XIX. Su arte se expresó en numerosos géneros y aunque las sinfonías fueron la fuente principal de su popularidad internacional, su impacto resultó ser principalmente significativo en sus obras para piano y música de cámara.
Su producción incluye los géneros pianísticos (treinta y dos sonatas para piano), de cámara (incluyendo numerosas obras para conjuntos instrumentales de entre ocho y dos miembros), concertante (conciertos para piano, para violín y triple), sacra (dos misas, un oratorio), lieder, música incidental (la ópera Fidelio, un ballet, músicas para obras teatrales), y orquestal, en la que ocupan lugar preponderante Nueve sinfonías.
Las criaturas de Prometeo, opus. 43, es un ballet con la música de Ludwig van Beethoven, escrito en 1801 y estrenado en el Burgtheater de Viena el 28 de marzo de 1801, obteniendo un éxito rotundo, siendo representad0 29 veces entre 1801 y 1802. La obertura forma parte del repertorio de concierto. El texto no se conserva, pero sí toda la partitura de Beethoven. El tema principal de la obertura fue utilizado también en la Sinfonía número 1 y el tema principal del último movimiento del ballet fue utilizado en el cuarto movimiento de la Sinfonía Eroica y en las 15 variaciones con fuga para piano en mi bemol mayor: Eroica-Variationen, opus 35. El ballet es una alegoría basada en la historia mítica de Prometeo, quien robó el fuego a Zeus para entregarlo a los humanos.
Carl Heinrich Carsten Reinecke, nació en Altona, ducado de Holstein, en aquella época gobernada por Dinamarca, actual Hamburgo, Alemania, el 23 de junio de 1824 y muere en Leipzig, Imperio Alemán, actual Alemania, 10 de marzo de 1910 fue un compositor, profesor, pianista y director de orquesta alemán. La obra más conocida de Reinecke es la Sonata Ondina para flauta, pero también es recordado como uno de los músicos más influyentes y versátiles de su tiempo.
Según el programa de mano, elaborado por Luis Manuel Molina, señala que el Concierto para flauta y orquesta en Re mayor, es una de sus últimas obras, de 1908. La obra llena de melodías de carácter lirico y de pasajes elegantemente desarrollados que permiten desplegar el virtuosismo del solista, en este caso, Niurka González. Esta pieza caracteriza la madurez de Reinecke en el estilo Romántico. La orquesta asume una presencia verdaderamente sinfónica y su dialogo con el solista brinda muchos momentos de gran riqueza expresiva.
El compositor, pianista y director de orquesta alemán del romanticismo, Johannes Brahms, nació en Hamburgo, Confederación Germánica, actual Alemania, el 7 de mayo de 1833 y murió en Viena, Imperio austrohúngaro, actual Austria el 3 de abril de 1897. Se considera el más clásico de los compositores de dicho periodo.
Se mantuvo fiel toda su vida al clasicismo romántico y conservador, influido por Wolfgang Amadeus Mozart, Joseph Haydn y, particularmente, por Ludwig van Beethoven y Robert Schumann. Fue posiblemente el mayor representante del círculo conservador en la Guerra de los románticos. Sus oponentes, los progresistas radicales de Weimar, estaban representados por Franz Liszt, los integrantes de la posteriormente llamada Nueva Escuela Alemana y por Richard Wagner. Su música está firmemente arraigada en las estructuras y técnicas de composición de los maestros clásicos.
Brahms compuso para orquesta sinfónica, conjuntos de cámara, piano, órgano y voz y coro. Muchas de sus obras se han convertido en elementos básicos del repertorio de conciertos moderno. Era un perfeccionista intransigente, destruyó algunas de sus obras y dejó otras inéditas. La composición de la Sinfonía número 2 en Re mayor, opus 73, se desarrolló entre los meses de junio y octubre de 1877 durante una visita a los Alpes austríacos. Brahms había alquilado para pasar sus vacaciones estivales dos habitaciones con grandes vistas en Pörtschach am Wörther See, un pueblo de la región de Carintia a orillas del lago Wörth. Tras los quince años de trabajo dedicados a su Sinfonía número 1, debido a las inseguridades del compositor, la gestación de la segunda fue mucho más breve y supuso un proceso sorprendentemente pausado y tranquilo.
La descripción que el compositor hacía en sus cartas de esta pieza indica que la inspiración que sentía al ver aquellos paisajes queda reflejada en la misma. El estreno se celebró el 30 de diciembre de 1877 en el Musikverein de Viena, actual Austria, con la interpretación de la Orquesta Filarmónica de Viena. La entusiasta acogida por parte del público vienés hizo que se repitiera el tercer movimiento. Las representaciones posteriores también fueron bien recibidas. Esta obra se estrenó en Cuba el 22 de mayo de 1932 en el Teatro Nacional (hoy Gran Teatro de La Habana, Alicia Alonso) en un concierto de la Orquesta Filarmónico.
La flautista cubana Niurka González es solista del Centro Nacional de Música de Conciertos y profesora auxiliar de la Universidad de las Artes, ISA. Ha obtenido diversos premios por su maestría interpretativa. Se ha presentado en diversos países de América, Europa y Asia. Su ejecución de Concierto para flauta y orquesta en Re mayor de Carl Heinrich Carsten Reinecke, fue muy aplaudida por los presentes en la sala.
La directora orquestal argentina, residente en Francia, Natalia Salinas, es un referente de la nueva generación de directores de orquesta en Argentina. Ha sido ganadora de varios premios, y ha dirigido orquestas en américa y Europa.
El próximo concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional, se celebrará el domingo 13 de abril en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba a las 11 a. m. El programa seleccionado es el siguiente: Tres danzas cubanas de Alejandro García Caturla, Tres danzas de la suite Andalucía de Ernesto Lecuona y la Sinfonía Mediterráneo de Valero y Castell. Allí nos veremos.