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La Habana, Cuba. Cada 12 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Enfermería, en homenaje a Florence Nightingale, nacida en Florencia, Italia, hace 201 años.

En honor a la ciudad que la vio nacer, sus padres la bautizaron con el apellido de Nightingale, palabra inglesa que significa “ruiseñor”. Florence creció rodeada de lujo y comodidades pero a los 17 años empezó a visitar a personas pobres y enfermas tratando de mitigar sus penas, en vez de disfrutar de placeres.

El carácter y vocación de Florence, excéntrico para su época, se debió a las convicciones e ideologías de su padre, quien se oponía a la esclavitud y consideraba que las mujeres deberían tener una buena educación; por eso aprendió latín, griego, historia y matemáticas.

Al terminar estudios trabajó en un sanatorio para damas inválidas en la calle de Harley de Londres, que transformó en uno de los mejores hospitales de Inglaterra.

Contribución a la enfermería

Florence Nightingale ofreció servicio como voluntaria en la guerra franco-rusa en Crimea que le valió mil honores.

Con un fondo recolectado en la contienda, fundó la escuela y hogar para enfermeras Nightingale en el Hospital St. Thomas de Londres, pero su mayor aporte es sin duda la dignificación de la profesión y la formación de enfermeras con alto grado académico y responsabilidad médica, así como los primeros estudios estadísticos hechos en hospitales, importantes para las investigaciones clínicas y diagnósticos.

También el desarrollo de la fórmula de modelo de estadística hospitalaria, para recolectar datos confiables de natalidad, morbilidad y sus causas.

Su libro Notas de hospital se convirtió en el texto por excelencia traducido en varios idiomas.

Florence quedó ciega e inválida por mucho tiempo, le fue otorgada la medalla al mérito antes de fallecer a los 90 años.

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