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Carlos del Porto Blanco

Tres trabajadores mueren en un tiroteo entre facciones sindicales argentinas en el año 1966. Un suceso que resume décadas de corrupción y violencia en ese país. El periodista y escritor argentino Rodolfo Walsh desenmascara las traiciones que fracturan el sindicalismo peronista; retrata a los implicados, con especial atención a las víctimas: esos sindicalistas de base que mantienen la lucha incluso cuando la disidencia significa cárcel, palizas, tortura y muerte. El autor se compromete con la verdad y la justicia, y se obstina en reconstruir al detalle la secuencia del crimen y señalar a sus responsables.

El sistema no castiga a sus hombres: los premia. No encarcela a sus verdugos: los mantiene. Rodolfo Walsh ¿Quién mató a Rosendo?

«Quién mató a Rosendo?», obra publicada en 1969, es la que traigo a la columna esta semana. Este libro fusiona la prosa periodística con la narrativa de investigación, un estilo característico del autor que revolucionó el periodismo en América Latina. En esta obra, Walsh despliega su talento para desentrañar una compleja historia real, la muerte del líder sindical Rosendo García, con un enfoque riguroso y minucioso que invita al lector a sumergirse en los entresijos del crimen y la justicia.

El libro se distingue por su estilo directo, claro y contundente, donde cada detalle es un indicio, cada testimonio un eslabón crucial para reconstruir la verdad detrás del asesinato. Walsh no solo actúa como un contador de hechos, sino como un investigador apasionado, que logra lo que no hace la policía, desafía las versiones oficiales, exponiendo las contradicciones y la corrupción del sistema judicial argentino. «Quién mató a Rosendo?» no es solo un relato policial; es también una crítica social y política sobre la impunidad y las estructuras de poder que facilitan el encubrimiento de crímenes. Pero al parecer este asunto no es sólo delo pasado. Les suena el conocido y estancado  proceso judicial al comando que trató de asesinar a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

«Quién mató a Rosendo?», es una obra que debe ser una lectura esencial para quienes buscan comprender cómo el periodismo puede ser una herramienta poderosa para la justicia y la transformación social, además de disfrutable por su narrativa ágil y absorbente. Rodolfo Walsh, con este volumen, ofrece una lección vigente sobre la importancia de cuestionar y denunciar la injusticia.

El escritor y periodista argentino Rodolfo Walsh nació el 9 de enero de 1927 en Pueblo Nuevo, Colonia de Choele-Choel y murió el 25 de marzo de 1977 en una emboscada tendida por la dictadura militar argentina en una calle de Buenos Aires. Su cuerpo nunca ha sido encontrado. Eso ocurrió poco después de que enviara a varias redacciones de periódicos su “Carta abierta de un escritor a la Junta militar”, en la que daba cuenta de la motivación principalmente económica que estaba detrás del baño de sangre que cubría el país desde el golpe de Estado de 1976.

En cierta forma, también puede afirmarse que Walsh murió el día en que la dirigencia de Montoneros, la organización militar y política a la que pertenecía, decidió el paso a la clandestinidad dejando desamparados a sus militantes, que fueron abandonados en el país mientras esa dirigencia huía al extranjero para ser masacrados en nombre de un levantamiento popular que no podía producirse y no se produjo. “Lo cagamos a tiros y no se caía el hijo de puta”, afirmó exultante el subcomisario que dirigió el operativo en el que fue asesinado el escritor. Sin embargo, Rodolfo Walsh sigue allí de pie, el muerto más escandalosamente vivo de la literatura argentina.

Puede decirse incluso, que Walsh murió mucho antes, a finales de 1956, cuando conoció el testimonio de uno de los sobrevivientes de los fusilamientos de obreros peronistas en junio de ese año y comenzó una investigación que arrojó como resultado un libro “Operación masacre” de 1957 ((https://www.radioreloj.cu/enfoque/resena-operacion-masacre/), uno de los más extraordinarios textos de la literatura argentina. Una obra que se adelantó nueve años a la novela “A sangre fría” del estadounidense Truman Capote, libro a menudo citado como iniciador de este género “Operación masacre” muestra la politización de Walsh, que pasó de ser el muy correcto periodista que en sus ratos libres escribía cuentos policiales de inusual precisión y limpieza formal al escritor que inventaba sin saberlo el relato de no ficción ocho años antes de la aparición del que la crítica considera su primera manifestación –The Kandy-Kolored Tangerine-Flake Streamline Baby (1964) de Tom Wolfe– y dejaba entrar a su literatura la suciedad, la incertidumbre y el miedo, los materiales con los que narró una época que tuvo de los tres en abundancia.

¿Quién mató a Rosendo? fue publicado inicialmente por entregas en la prensa, al igual que “Operación Masacre”, en esa ocasión en el semanario de la organización obrera CGT, un grupo de gremios peronistas opositores a la dictadura. Al igual que en “Operación masacre”, Walsh no se limita aquí a narrar un hecho específico, sino que documenta también las repercusiones de su publicación en la prensa, que muestra que lo más importante para el autor no es el esclarecimiento de un hecho sino la intervención directa en la política a través del relato de ese hecho.

A diferencia de “Operación masacre”, en este libro no hay ningún deseo de reparación ni de trazar una línea entre “buenos” y “malos” sino una voluntad explícita de denuncia y de utilización política de la misma. “¿Quién mató a Rosendo?” reconstruye la balacera que tuvo lugar en la pizzería La Real de la localidad bonaerense de Avellaneda el 13 de mayo de 1966. En ella se enfrentaron dos sectores rivales del gremialismo peronista y su resultado fueron tres muertos: el secretario adjunto de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) Rosendo García, a quien Walsh describe como un “simpático matón y capitalista de juego”, el “griego” Domingo Blajaquis, “un auténtico héroe de su clase”, y Juan Zalazar, “cuya humildad y cuya desesperanza eran tan insondables que resulta como un espejo de la desgracia obrera”.

Walsh narra los antecedentes de todos los participantes en el enfrentamiento alternando hábilmente el relato de esos antecedentes con el de la escaramuza de la que tomaron parte, pero se detiene especialmente en dos figuras: la de Augusto Timoteo Vandor, principal referente del gremialismo argentino de la época e impulsor de un “peronismo sin Perón” que contaba con las simpatías del sector militar y de los empresarios, y la del comunista Blajaquis, a quien, en palabras de uno de sus amigos, “lo cascaron los conservadores, lo fajaron los radicales, lo expulsaron los comunistas, lo torturaron los libertadores y al final lo masacraron los que se dicen peronistas”.

Walsh no hace un misterio de sus simpatías, pero tampoco tergiversa los hechos: contra lo sostenido en la chapucera investigación judicial llevada a cabo, el autor prueba que el grupo de Blajaquis no estaba armado y que los disparos provinieron exclusivamente del sector de Vandor; para probar esto recurre a los testimonios de los supervivientes, a las actas judiciales, que rectifica reconstruyendo las evidencias destruidas por la acción policial, aportando sentido común a las pericias poco rigurosas y a las inconsistencias en los fallos de los jueces, desestimando testimonios contradictorios y denunciando la compra o la coerción de los testigos y la campaña de prensa que quiso hacer pasar a las víctimas por victimarios.

¿Quién mató a Rosendo? narra el momento en que se producen las primeras tensiones entre la militancia sindical surgida de las luchas de la Resistencia y la emergente juventud peronista, el discurso libre indirecto y el croquis son elementos que ya aparecían en la ficción policial de Walsh y establecen una continuidad entre la obra de ficción y la de no ficción, entre el ejercicio estético y el ejercicio político de la literatura.

En ese sentido, ¿Quién mató a Rosendo? pretende dos cosas: en primer lugar, denunciar la connivencia de jueces, políticos y policías destinada a librar de culpa y cargo a Vandor y, en segundo lugar, probar que ese interés por salvar al dirigente gremial respondía al hecho de que éste era funcional al sometimiento de los trabajadores.

¿Quién mató a Rosendo? es mucho más que la crónica de un crimen sindical: es una radiografía de la Argentina de los años 60, donde el poder, la traición y la lucha obrera se entrelazan en un relato apasionante y necesario. La obra consagró a Rodolfo Walsh como uno de los grandes cronistas y militantes de la verdad en la historia argentina. También  ayuda a entender que aquellos vientos trajeron los huracanes que hoy arrasan a la Argentina desgobernada por Milei.

La obra puede ser descargada de: http://www.iunma.edu.ar/doc/MB/lic_com_mat_bibliografico/Taller%20de%20Redaccion%20Periodistica%202/Rodolfo%20Walsh%20-%20Quien%20mato%20a%20rosendo.pdf

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