La Habana, Cuba. – Un ámbito que también se ha reconfigurado con el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones es el de los amigos.
Sí, el ámbito de las relaciones interpersonales, que pueden estar motivadas por múltiples propósitos. Ante la nueva realidad tecnosocial que vivimos, cabrían entonces algunas preguntas.
¿Podemos hacer ahora más amigos y podemos serlo más? ¿Más amigos son siempre mejores amigos? ¿Qué diferencia a aquellos que conocimos en nuestra escuela o nuestro barrio, de las amistades que hemos cultivado a través del mundo virtual? ¿Cómo es ese tejido de personas que hemos construido a través de las redes? ¿Qué ganancia o beneficio le proferimos a la instantaneidad en virtud de lo que queremos lograr, o de lo que quieren lograr con nosotros?
Hay muchas aristas para abordar ante esas interrogantes, cuyas respuestas se definen esencialmente en nuestra subjetividad.
Amigos en red ¿Enredo de amigos?
Que las tecnologías de la información y la comunicación, y especialmente plataformas interactivas como las redes sociales, son útiles para muchas gestiones de nuestras vidas, resulta una cuestión indudable.
Hay historias de viejas amistades de estudio que han vuelto a conectarse a través de las redes, después de mucho tiempo de distanciamiento y escasas noticias entre ellas.
Hay grupos en Facebook o Whatsapp que han logrado rearmar desde el ecosistema digital lo que fue una antigua aula de preuniversitario, dándole curso a la nostalgia y a aquellos hechos compartidos que aún no se olvidan. Pero hay también historias de acoso, que comenzaron un día con un ir y venir de mensajes a través de un chat.
A veces algunos de esos amigos que emergen de la red acaban enredándonos parte de nuestro mundo físico. De ahí que siempre sea bueno tener cuidado.