Las Tunas, Cuba. – Desde 2016 un amigo le regaló a Elmis Tamayo Acosta la postura de la planta de Pera que tiene su tercera parición este año en Las Tunas, aumentando cada vez la cantidad de frutos, para consumir y obsequiar.
Antes experimentó los cuidados especiales de la colocación de hielo en el tronco de un Manzano, pero luego de algunas cosechas este ya no puede soportar los rigores del cálido clima del oriente de Cuba.
Elmis ejerció el trabajo por cuenta propia en la venta de café después de la jubilación, y a sus casi 7 décadas de vida dedica mucho tiempo a la iglesia junto a hermanos de fe, cose prendas a familiares y amistades y cuida de las gallinas en un amplio patio.
Más placentera hace la vida en el hogar la reconciliación con su esposo tras 9 años separados, pues ahora comparten cariño, compañía, tareas domésticas y cuánto sea necesario en pos de la armonía en pareja.
Sosiego y paz
La tercera edad es quizás para Elmis Tamayo una de las etapas de más tranquilidad en su vida algo azarosa, durante la cual nunca se rindió ni se dio por vencida, al proceder de una familia disfuncional.
Muy joven empezó a abrirse paso en la vida laboral, con desempeño reconocido dentro de su colectivo, a la par del matrimonio, y el cuidado de 2 hijos varones que hace mucho dejaron su regazo y tiene 2 nietos.
De Mayarí, en Holguín, procede su esposo Ramón Fonseca Tamayo, a quien lo describe más sedado que ella, sin embargo se complementan, en tanto disfrutan del cariño de los hijos de sus anteriores relaciones.
Para esta pareja reconciliada se avecinan buenas nuevas porque mejorará la calidad de vida, con la rehabilitación del inmueble de valor patrimonial donde residen, en la calle Gonzalo de Quesada de la ciudad de Las Tunas.