La Habana, Cuba. – El libro “La selva interna” del biólogo cubano Alfonso Silva Lee, editado por Ruth Casa Editorial y la Editorial científico técnica en el año 2011, es un texto que se disfruta de punta a cabo. En el prefacio del volumen el autor señala de que va el libro, “Cualquier persona es capaz de reconocer el parentesco entre un gato y un tigre; entre un periquito australiano y un guacamayo amazónico; o entre las especies de iguana, de cacto o de palma. Igual de evidente es nuestra relación de sangre con un babuino o un gorila. Pero aquí —precisamente aquí— la cultura occidental levantó hace algún tiempo un muro artificial que, de paso, nos ha separado de las demás criaturas. Este libro va orientado a gastar dicha barrera, y no porque sea ilusoria (que lo es, sin duda), sino porque hace daño, y en gran escala.

En el texto se demuestra cuán semejantes somos los humanos y el resto del reino animal, ilustrado en ejemplos que comprueban que tenemos un tronco común, visible en la semejanza de muchas especies en la etapa embrionaria. Algunos rasgos comunes entre los humanos y nuestros primos peludos así lo confirman, como son: el beso, rascarse la cabeza, las lágrimas y los abrazos. Se explica cómo prácticamente no existe diferencia entre una orquídea, un tocororo y una enfermera. Una idea importante plasmada por el autor es que el ser humano no es sinónimo de perfección; constituye una especie más.

“La pasión por comprender el mundo debe convertirse en un estado de ánimo colectivo; la sensibilidad, inevitablemente, sería su compañera de baile. No hace falta, en absoluto, sentir orgullo ni vergüenza por haber derivado de un mono (y de un reptil, de un pez…) Basta reconocer que el camino fue largo y pasmoso. Sobre este planeta, estremecerse es una costumbre muy antigua” plantea el libro en su último párrafo, estas pocas líneas resumen de una manera muy gráfica el contenido del volumen.

El libro posee una copiosa bibliografía, muestra de su buena documentación. Se comienza cada capítulo con un exergo, lo que da un toque íntimo, posee información científica de actualidad lo que demuestra que el autor está muy actualizado en temas de las ciencias de la vida, además de que analiza. Una característica de este libro es que no es difícil de leer, su estilo es desenfadado, lo que ayuda a su lectura. Uno de sus mensajes más importantes es el respeto a todos los seres vivos

Culmino con las palabras del Dr. Giraldo Alayón, una autoridad destacada en las ciencias biológicas: “No conozco de otro volumen escrito en Hispanoamérica con este enfoque, y que, además nos presente un mensaje tan necesario en estos tiempos que corren de calentamiento global y de extirpación de tantas especies”.

En estos tiempos, donde los creacionistas y tierraplanistas hacen su agosto, libros como este son imprescindibles.

Disfrútenlo

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