La Habana, Cuba. – Varias generaciones de cubanos se han acostumbrado a su sonido matutino; en cuanto el alba despunta en muchos hogares se escucha su cadencia inconfundible.
Es el momento de iniciar el ajetreo diario y nada mejor que hacerlo con el tiempo bien medido e informado de la última noticia. Claro que nos referimos a Radio Reloj, una emisora imprescindible en el espectro radiofónico de nuestro país.
Hoy hablamos de nosotros mismos porque el venidero 1ro de julio cumplimos 75 años. Radio Reloj impuso su estilo como una experiencia inédita y fue ganando en audiencia. Es una emisora veterana, pero que no renuncia a sus empeños de renovarse, de perfeccionar su programación, de ir descubriendo otras posibilidades dentro de la forma expresiva que la identifica.
Su razón de ser es, precisamente, que cada cubano necesite de su compañía, sienta su utilidad.
Como un pentagrama informativo
Por su concepción y singular estilo, en materia de información radiofónica no existe en el mundo otra emisora igual a Radio Reloj.
La mayoría reconoce en esta planta una escuela, que enseña a extraer de cada información su esencia, sin regodeos. Tal vez nuestros oyentes no tengan idea del rigor que exigen la redacción y lectura de cada material radiado en 24 horas de trasmisión continua.
Hoy, no recurrimos al recuento triunfalista que deforma, sino al análisis de cuánto podemos hacer mejor. Cada día pone a prueba la sagacidad y la inteligencia de nuestro colectivo para seguir mereciendo la confianza del pueblo.
Cuando –como en nuestro caso- se prescinde de grabaciones, de efectos de sonido, de apoyatura musical para darle empaque a la información, la exigencia de un periodismo atrayente es aún mayor.