La habana, Cuba. – Identificado como un riesgo sicosocial emergente, el ciberacoso en los entornos laborales constituye una peligrosísima conducta, ya que puede afectar a trabajadores y, al mismo tiempo, verse como algo común, que queda invisibilizado.

De esta nueva forma de violencia, a veces no reconocida como tal entre colegas de un centro laboral, es importante decir que ha ganado preponderancia con las tecnologías de la información y la comunicación, aunque el fenómeno de hostigamiento en el trabajo no resulta nada nuevo.

Al igual que otros tipos de ciberacoso, este se manifiesta a través de las redes grupales y puede expresarse, asimismo, hasta en los mecanismos internos que las instituciones han creado para comunicarse.

Entiéndase como tal los chat de las intranet de los centros de trabajo u otras plataformas tecnológicas constituidas para lograr un intercambio expedito entre los trabajadores.

El ciberacoso laboral, entre sutilezas

Lo más difícil de las conductas agresivas en los entornos laborales a través de la red de redes, es que muchas veces la víctima no se autorreconoce como una persona afectada. Y es que las manifestaciones suelen darse de formas muy sutiles.

Como bien se definía recientemente en un artículo sobre el tema, son mensajes que simulan puertas que se cierran, miradas recelosas, frialdad e indiferencia, gestos esquivos o simplemente amenazas duras y claras.

Es válido decir que la Organización Internacional del Trabajo, en su Convenio 190, reconoce el derecho de toda persona a un ambiente de trabajo libre de violencia y acoso. Asimismo, determina que los comportamientos ofensivos en este ámbito pueden constituir una transgresión o un abuso de los derechos humanos, y ampara a las personas que trabajan tanto en el sector estatal como privado.