El también miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y diputado a la Parlamento cubano, explicó al plenario que el bloqueo contra su país persiste y se endurece en extremo.
“Se trata de una verdadera guerra económica abarcadora y prolongada, dirigida a privar a los cubanos de sus medios de vida y sostenibilidad, de su existencia como pueblo solidario, culto y alegre”, añadió.
Miente deliberadamente quien afirme lo contrario -recalcó-. Los propios promotores de esa guerra se ufanan de su efecto destructivo y su capacidad para golpear desde cualquier rincón del planeta el nivel de vida de todo un pueblo, argumentó el canciller.
Expresó que la agresión ha escalado a niveles sin precedentes en los últimos ocho años, incluidas acciones de persecución y presión económica sobre terceros, los Estados que ustedes representan, y que son cada vez más elaboradas, quirúrgicas y extraterritoriales.
Provoca impedimentos múltiples y extraordinarios a la actividad productiva, comercial, financiera, y para los servicios y políticas que garantizan la justicia social y la vida misma, agregó.
Mencionó que Cuba encara un grave escenario de cortes prologados y diarios del servicio eléctrico, dificultades para costear los alimentos, insuficiente disponibilidad de medicamentos, depresión del transporte público, limitaciones en los servicios comunales e inflación pronunciada que deprime los ingresos reales.
A su vez puntualizó que «resulta cínico que el gobierno de Estados Unidos, con fines de coerción política y económica, califique a Cuba como Estado patrocinador del terrorismo, calumnia que no comparte esta Organización, ni ningún otro de sus Estados Miembros». Recordó que la isla ha sido víctima del flagelo.
En otro momento de su discurso, Rodríguez indicó que “hace 80 años, la ONU se fundó con apenas 51 Estados Miembros. Hoy somos 193”.
“La prioridad más urgente es crear un nuevo orden internacional que garantice la paz, el derecho al desarrollo, la igualdad soberana, la participación y representación de los países en desarrollo en las decisiones de política a nivel global», apuntó.
Un orden -subrayó- “que proporcione el bien común y la prosperidad en armonía con la naturaleza, y asegure el ejercicio de todos los derechos humanos a todas las personas”.
Llamó a una nueva coexistencia civilizada, en la que prevalezcan la solidaridad, la cooperación internacional y el arreglo pacífico de controversias, como alternativas a la guerra, al uso de la fuerza, la agresión, la ocupación.
“Una nueva coexistencia opuesta a las aspiraciones de dominación y hegemonismo unipolares. Un orden sin bloqueos ni medidas coercitivas unilaterales, basado en el multilateralismo y con pleno respeto a la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional”.
En sus palabras, el jefe de la diplomacia cubana también abordó los peligros de la crisis climática que “está destruyendo naciones y vidas, devastando comunidades y economías” y habló de la deuda externa de los países en desarrollo, «pagada ya varias veces, crece y acumula cifras astronómicas».

Además, expresó el inequívoco apoyo a Palestina. “Mientras aquí deliberamos, 2,2 millones de seres humanos en Gaza están condenados al hambre por las acciones de genocidio, exterminio y limpieza étnica del régimen sionista, que cuenta con los suministros militares y financieros, y la impunidad que le garantiza el gobierno de los Estados Unidos”, dijo.
En ese sentido reiteró “la más firme solidaridad con el pueblo palestino, y con su justa causa a favor de la libertad, la independencia y el fin de la ocupación sionista”.
Rodríguez, décimo orador en la jornada matutina de este quinto día de debates en la ONU, instó a la Asamblea General a impulsar medidas concretas sin demora, si el Consejo de Seguridad se muestra impotente por motivo del veto que Estados Unidos ejerce o amenaza con ejercer, y no es capaz de adoptar medidas efectivas para cesar la barbarie.
Como mínimo, debe declarar de modo inequívoco el derecho de Palestina a ser un Estado miembro de la ONU, en las fronteras previas a 1967, su capital en Jerusalén Oriental y el derecho al regreso de los refugiados, sentenció.
Por otra parte, ante el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, el canciller reafirmó el “enérgico rechazo a las amenazas de agresión contra Venezuela».
«Nuestro total apoyo al gobierno bolivariano y chavista de esa hermana nación latinoamericana y caribeña y a la Unión Popular-Militar encabezada por el legítimo presidente Nicolás Maduro Moros”, añadió.
Bruno Rodríguez repudió la Doctrina Monroe y todo intento de militarización, intervención o dominación imperialista en América Latina y el Caribe, proclamada como Zona de Paz, en enero de 2014, en La Habana.
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