La Habana, Cuba. – El químico, físico y biólogo prusiano, Franz Karl Achard, nace el 28 de abril de 1753, en Berlín, actual Alemania. Su principal contribución fue la producción de azúcar a partir de remolachas azucareras. Estudió física y química en Berlín. Por mediación de su padrastro, se interesó en el refinamiento del azúcar. A los 20 años, Achard entró a formar parte del «Círculo de amigos de las ciencias naturales» y conoció a Andreas Sigismund Marggraf, que por aquel entonces era el director de las clases de física en la Real Academia de las Ciencias. Los estudios de Achard abarcaron diversos temas, como la meteorología, la evaporación, la telegrafía, la gravedad o los supresores de subidas tensión.

El rey Federico II de Prusia tuvo a Achard en gran estima y recibía informes dos veces a la semana por parte del científico acerca de sus investigaciones. En una ocasión, acerca de un estudio sobre la influencia de la electricidad en las capacidades mentales, Federico II afirmó: «si es capaz [Franz Karl Achard] de usar la electricidad para dar explicación a la estupidez en mis estados prusianos, entonces vale [Franz Karl Achard] más que su propio peso en oro». En 1776, Achard fue elegido miembro de la Real Academia de las Ciencias de Berlín. Tras la muerte de Marggraf en 1782, Achard se convirtió en el director de las clases de física de la Academia.Por sus descubrimientos sobre la aclimatación del tabaco en Alemania, el rey le concedió una pensión vitalicia de 500 táleros. El rey Federico Guillermo II de Prusia también tenía alta estima por Achard.

Achard confirmó el descubrimiento que Marggraf realizó en 1747 de que la remolacha azucarera contenía azúcar, e ideó un proceso para producir azúcar a partir de la remolacha azucarera. Comenzó en 1789 sembrando varias plantas que contenían azúcar en su casa de Kaulsdorf, cerca de Berlín. Por motivos de eficiencia, al poco tiempo decidió emplear remolachas azucareras. Al año siguiente, estudió diferentes variedades de remolacha y la influencia de los fertilizantes. La investigación fue interrumpida cuando la casa de Kaulsdorf sufrió un incendio y tuvo que ser vendida. Achard continuó sus estudios en Buchholz. En 1794, Achard construyó un telégrafo óptico entre Spandau y Bellevue. Ese dispositivo había sido inventado solo un año antes por Claude Chappe. Debido a la incapacidad económica de Achard, provocada por varios incendios en 1806, sus refinerías fueron declaradas en quiebra en 1815. Achard murió en la indigencia en 1821 en Wohlau. Sin embargo, el trabajo de su vida fue aplicado y aprovechado, principalmente por industriales franceses y con las refinerías de Matthias Christian Rabbethge

Franz Karl Achard, muere el 20 de abril de 1821, en Kunern, Wohlau-Cunern.