La Habana, Cuba. – El médico alemán Werner Theidir Otto Forssmann, nace el 29 de agosto de 1904 en Berlín. Obtuvo el crédito por la primera cateterización de un corazón humano. En 1929, mientras trabajaba en Eberswalde, realizó una incisión en la vena antecubital de su brazo, e introdujo un catéter urinario dentro de la aurícula derecha de su propio corazón. Luego, caminó hasta el departamento de radiología, donde le fue tomada una radiografía mostrando el catéter en su corazón. A pesar de que fue despedido por ese hecho.
Se educó en la escuela de secundaria en Berlín. Dejó la escuela en 1922, cuando fue a la Universidad de Berlín a estudiar medicina, aprobando el examen estatal final en 1929. Por su capacidad clínica fue a la Clínica Médica de la Universidad, trabajando bajo las órdenes del profesor Georg Klemperer y estudio anatomía bajo las órdenes del Rudolph Fick. Para el entrenamiento quirúrgico en cirugía en el año 1929 estuvo en el hospital August Victoria Home en Eberswalde, cerca de Berlín.
En 1954 fue honrado con la medalla Leibniz otorgada por la Academia Alemana de Ciencias. Ese mismo año, fue huésped de honor, de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, donde es nombrado profesor honorario en 1961. Desde 1962 fue Miembro Ejecutivo de la Sociedad Alemana de Cirugía. Fue también Miembro del Colegio Americano de Cirugía de Tórax y Miembro Honorario de la Sociedad Sueca de Cardiología, de la Sociedad Alemana de Urología y de la Asociación Alemana de la Niñez.
En 1956, fue galardonado junto con André Cournand y Dickinson W. Richards, con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. La principal contribución de Forssmann está descrita en su trabajo “Die Sondierung des rechten Herzens”, publicado en la revista Klinische Wochenschrift. Forssmann buscaba un modo de llegar al corazón para aplicar medicación en situaciones graves en las que la inyección cardiaca era muy peligrosa. Eso le llevó a realizar pruebas de cateterismo en cadáveres introduciendo una sonda por una vena del codo. El éxito que logró le animó a llevarla a cabo en un ser vivo. Se utilizó a sí mismo como hemos dicho. La primera vez fue un ayudante quien le introdujo la sonda, pero cuando ésta penetró 35 centímetros. se interrumpió el experimento porque el ayudante lo consideró peligroso. Unos días después fue el propio Forssmann quien se introdujo la sonda con éxito, con la ayuda de una enfermera que le proporcionó instrumental esterilizado. En su narración de los hechos describe minuciosamente las sensaciones que iba experimentando, conforme se realizaba el procedimiento.
Forssmann probó de nuevo en un enfermo de peritonitis grave. Su fallecimiento y posterior autopsia le permitió comprobar el trayecto del catéter utilizado. Sin embargo, las posibles ventajas de esa técnica fueron silenciadas por críticas que se basaban en criterios científicos y de tipo ético. Esos hechos se produjeron durante una corta estancia en la Charité. Su superior no aprobó ese tipo de técnicas, por lo que Forssmann regresó a Eberswalde. Esas investigaciones estuvieron ocultas cerca de 27 años, por los cambios políticos en la Alemania Nazi y posteriormente la Segunda Guerra Mundial. Años más tarde, en los Estados Unidos de América, de la mano de quienes compartieron el Nobel con Forssmann, André Cournand y Dickinson Woodruff Richards, quienes rehabilitaron la técnica del cateterismo cardíaco.
Werner Theidir Otto Forssmann, murió el 1 de junio de 1979 en Schopfheim, distrito de Lörrach en Baden-Wutemberg, Alemania Occidental, a los 75 años.