La Habana, Cuba. – El médico, patólogo, político, antropólogo y biólogo alemán, Rudolf Ludwig Karl Virchow, nace en Schivelbein, Pomerania, Prusia, hoy ?widwin, Polonia, el 13 de octubre de 1821. A menudo es considerado el «padre de la patología moderna» porque su trabajo ayudó a refutar la antigua creencia del humorismo. También es considerado uno de los fundadores de la medicina social y fue pionero del concepto moderno del proceso patológico al presentar su teoría celular, en la que explicaba los efectos de las enfermedades en los órganos y tejidos del cuerpo, enfatizando que las enfermedades surgen no en los órganos o tejidos en general, sino de forma primaria en células individuales. Frecuentemente se le atribuye ser el creador del término omnis cellula e cellula (toda célula proviene de otra célula), pero, según la Enciclopedia Británica, fue acuñado por François Vincent Raspail en 1825. En 1861 fue elegido miembro extranjero de la Real Academia de las Ciencias de Suecia y en 1892 le fue concedida la Medalla Copley de la Royal Society. Fue nominado al Premio Nobel de Medicina en tres ocasiones.

En 1848 Rudolf Virchow demostró la falsedad de la creencia de que la flebitis (inflamación de las venas) causa la mayoría de las enfermedades. Demostró que “masas” en los vasos sanguíneos son el resultado de una trombosis (término acuñado por él) y que porciones de trombos se pueden desintegrar para formar émbolos (igualmente es su término). Un émbolo libre en la circulación puede, eventualmente, quedar atrapado en un vaso estrecho y conducir a una lesión seria en los tejidos vecinos. Hacia 1800 el anatomista francés Xavier Bichat demostró que el cuerpo está compuesto por 21 tipos de tejidos y consideró que en la enfermedad de un órgano solo algunos de los tejidos se ven afectados.

El principal testamento de la teoría de Virchow son una serie de 20 artículos hechos en 1858. Las lecturas fueron publicadas en 1858 en forma de libro con el nombre de Patología celular basada sobre Histología patológica y fisiológica. Virchow expuso nuevas e importantes teorías al proceso de inflamación, “aunque rechazó erróneamente la posibilidad de la migración de los leucocitos. […] Mostró gran interés en la patología de los tumores; aunque la importancia de sus artículos sobre tumores malignos fue algo desprestigiada por su errónea concepción de que son malignos por una transformación (metaplasia) de tejido conectivo. […] En 1874 introdujo una técnica estandarizada para practicar autopsias, en la cual todo el cuerpo era examinado en detalle, a menudo revelando lesiones no sospechadas”. También descubrió la neuroglía en la vaina de las arterias cerebrales.

La actitud de Virchow hacia la nueva ciencia de la Bacteriología era compleja. Era antagonista de la idea de que las bacterias provocaran enfermedades. Alegaba que el descubrimiento de algunos microorganismos en ciertas enfermedades no siempre significa que el organismo sea parte de la enfermedad. Sugirió, mucho tiempo antes de que las toxinas fueran descubiertas, que algunas bacterias podrían producir esas sustancias. Igualmente, Virchow fue antagonista a la teoría de Darwin por selección natural y llegó a expresar sus dudas sobre sus evidencias. Por mucho tiempo argumentó que no había suficientes evidencias científicas para justificar su aceptación total. En su opinión, el hombre de Neandertal, descubierto en 1856, no había sido un humano primitivo sino más bien un individuo deforme, por la forma de su cráneo, raquítico y artrítico, por la forma de sus huesos.

Rudolf Ludwig Karl Virchow, muere en Berlín, Alemania, el 5 de septiembre de 1902.