La Habana, Cuba. – El explorador, arqueólogo y fotógrafo francés, Claude-Joseph Désiré Charnay, nace el 2 de mayo de 1828, en Ródano-Alpes, Francia, Fue famoso por sus fotografías de las ruinas de las antiguas civilizaciones precolombinas en México. De hecho, se le considera el pionero de la fotografía arqueológica. Uno de sus más grandes logros fue haber descubierto las ruinas mayas de Comalcalco en el estado mexicano de Tabasco.
Viajó por Inglaterra y Alemania antes de desplazarse a América. En 1850 se estableció como profesor de lengua francesa en Nueva Orleans, Luisiana, para después viajar a México y Centroamérica en dónde exploró ruinas mayas. También realizó viajes a Sudamérica, Madagascar, Indonesia y Australia. Durante su segundo viaje a México, Désiré Charnay llegó a Tabasco y ahí realizó uno de sus máximos logros como arqueólogo, al llegar a la ciudad maya de Comalcalco el 12 de septiembre de 1880. En ese sitio elaboró litografías de los edificios y posteriormente publicó varios artículos en la revista North American Review entre 1880 y 1882, así como su libro Les anciennes villes du Nouveau Monde en 1885.
Además de la descripción del sitio, Charnay elaboró un mapa de lo que él llamó «Montículo principal», hoy es conocido como «La Gran Acrópolis», en el que localizó el «Palacio», los «Templos IV y V» (que él identificó como «torres semejantes a las de Palenque»), así como otros dos montículos más que hoy se sabe corresponden a los «Templos I y VII». Charnay permaneció en Comalcalco hasta el 22 de septiembre.
Charnay visitó también Palenque y se embarcó en Montecristo, Tabasco para recorrer el río Usumacinta; paso por Tenosique, en donde los habitantes le informaron de la existencia de unas ruinas mayas llamadas «Menché», a las que el bautizó como «Ciudad Lorillard» en honor a su mecenas, y que hoy se llaman Yaxchilán. Sin embargo, durante ese viaje Charnay enfermó, por lo que se vio obligado a regresar a Francia ya que requería de reposo. Una vez recuperado, regresó a México ese mismo año para continuar con su viaje; aquí recorrió Chichén Itzá, Labná, Tecax, Izamal, Ek Balam, Mérida, Aké, Kabáh, Uxmal, y llegó incluso a lugares más lejanos como Tikal, Guatemala y Copán en Honduras. A su regreso a Francia expuso la gran cantidad de piezas, moldes y fotografías producto de ese viaje.
Charnay hizo un último y exhaustivo viaje a Yucatán a fines de 1886, cuyo relato publicó con el título Mi última expedición a Yucatán en el que virtualmente atravesó la península de Yucatán de norte a sur (aunque también visitó Valladolid, en el oriente de la península); para ello utilizó parcialmente el recién inaugurado tren que habría de unir desde entonces la ciudad de Mérida y Peto. En ese viaje además de Valladolid recorrió Mérida, Uxmal, Labná, Tecax, Izamal, Ek Balam y Jaina. Gracias a las publicaciones y fotografías sobre sus expediciones, Charnay expuso su teoría sobre el origen asiático de los pueblos antiguos americanos. Sus exploraciones en la zona arqueológica de Tula también contribuyeron al desarrollo de la arqueología en México.
Charnay también participó en una expedición imperialista francesa a una isla en Madagascar de la que escribió e hizo fotografías. Realizó otros viajes a América del Sur, Indonesia y Australia en los que retrató a las poblaciones nativas. La gran mayoría de su vasto trabajo se encuentra en Francia y se exhibe en el museo etnográfico Musée du Quai Branly. La labor de Désiré Charnay es considerada una proeza, ya que antes los arqueólogos viajaban con un dibujante, quien elaboraba las litografías, sin embargo, Charnay viajaba con su cámara y equipo fotográfico completo, el cual tenía un peso aproximado de 1500 kilos, con los que tenía que atravesar montañas, cruzar ríos e intrincadas selvas.
Claude-Joseph Désiré Charnay, muere en París, Francia, de neumonía, el 24 de octubre de 1915.