La Habana, Cuba. – IceCube es un experimento de Astrofísica de partículas. Más concretamente, es un telescopio de neutrinos situado en la estación Amundsen-Scott del Polo Sur. Su construcción finalizó en el año 2010. El telescopio IceCube está compuesto por más de 5000 módulos digitales ópticos suspendidos en un kilómetro cúbico de hielo enterrado en el subsuelo del Polo Sur. La meta principal del experimento es detectar neutrinos en el rango de la alta energía, que abarca (en unidades de electronvoltios) de 1011 hasta cerca de 1021 eV.
Al igual que su precursor, AMANDA, IceCube despliega en las profundidades del hielo antártico (entre 1450 y 2450 metros) millares de fotomultiplicadores. Esos sensores ópticos son desplegados en “cuerdas” de sesenta módulos cada una, dentro de hoyos fundidos en el hielo por medio de un taladro de agua caliente. En 2012 los responsables de IceCube anunciaron la detección de dos neutrinos superenergéticos, de más de 1000 teraelectronvoltios. Sus descubridores los denominaron Bert y Ernie en honor a los personajes televisivos. Posteriormente han encontrado otros 26 neutrinos de energía superior a los 30 TeV, en lo que es la primera muestra de neutrinos de muy alta energía procedentes de fuera del Sistema Solar.
Los neutrinos no pueden ser observados directamente. En su lugar, se deduce información cinemática del neutrino por medio de la detección de infrecuentes colisiones que ocurren entre un neutrino y un átomo dentro del hielo. Debido a la alta densidad del hielo, casi todos los productos detectados de la colisión inicial serán muones. Por lo tanto, ese experimento es más sensible al flujo de neutrinos muónicos a través de su volumen. Sin embargo, también hay un fondo abundante de muones creados no por neutrinos sino por rayos cósmicos que impactan la atmósfera encima del detector; la mayor parte de éstos pueden ser inmediatamente rechazados por el hecho que provienen de la parte superior del detector. La mayor parte de los neutrinos «ascendentes» que restan vendrán de los rayos cósmicos que golpean el lado opuesto de la Tierra, pero alguna fracción desconocida puede ser de origen astronómico. Para distinguir entre esas dos fuentes de forma estadística, la dirección y la energía del neutrino entrante se estima por medio de los subproductos de la colisión. Los excesos inesperados en energía o de una dirección espacial dada indican una fuente extraterrestre.
Aunque la expectativa es que IceCube detecte muy pocos neutrinos, se espera tener una alta resolución en su detección. Esto permitirá elaborar mapas sobre la localización de las principales fuentes de este tipo de neutrinos. El 22 de septiembre de 2017 IceCube, captó un neutrino procedente de la galaxia TXS 0506-056, siendo la primera vez que se puede determinar el origen de uno de ellos.