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El astrónomo e historiador de la ciencia italiano, Giovanni Virginio Schiaparelli, nació en Savigliano, Italia, el 14 de marzo de 1835 y murió en Milán, Italia, el 4 de julio de 1910. Entre los muchos resultados de Schiaparelli, el más popular para el público fue sus observaciones del planeta Marte. Durante la gran oposición de 1877, específicamente el 5 de septiembre de ese año, comenzó a diseñar el primer mapa del planeta. Observó su superficie con una densa red de las estructuras lineales que llamó "canales". Los canales de Marte pronto se hicieron famosos, dando lugar a una
oleada de hipótesis, especulaciones y folclore, sobre la posibilidad de vida inteligente en Marte.

Schiaparelli fue a Berlín en 1854 para estudiar astronomía con Johann F. Encke. Dos años más tarde fue nombrado observador asistente en el Observatorio Pulkovo, Rusia, cargo al que renunció en 1860 por uno similar en el Observatorio de Brera, Milán, donde permaneció hasta su jubilación en 1900; se convirtió en director en 1862. En 1861 Schiaparelli descubrió el asteroide Hesperia. Cinco años más tarde demostró que los enjambres de meteoritos tienen órbitas similares a las de ciertos cometas y concluyó que los enjambres son restos de cometas. En particular, calculó que los meteoros Perseidas son restos del cometa 1862 III y las Leónidas del cometa 1866 I.

También observó estrellas dobles y realizó extensos estudios de Mercurio, Venus y Marte. A partir de sus observaciones de los dos primeros planetas concluyó que esos giran sobre sus ejes a la misma velocidad con la que giran alrededor del Sol, manteniendo así siempre un lado mirando al Sol. Esa opinión fue generalmente aceptada hasta finales de la década de 1960, cuando técnicas avanzadas de radar y las sondas espaciales dieron valores diferentes. Tras su jubilación, Schiaparelli estudió la astronomía de los antiguos hebreos y babilonios y escribió L'astronomia nell'antico
testamento (Astronomía en el Antiguo Testamento).

La mayoría de las hipótesis de vida inteligente (después resultó ser un error) se debieron a un error de traducción de la labor de Schiaparelli al inglés. De hecho, la palabra canali se tradujo con el término "canals" en lugar de "channels", que hubiera sido la adecuada. Mientras que la primera palabra indica una construcción artificial, la segunda indica la correcta conformación del terreno de forma natural. Fue a partir de esa traducción incorrecta que derivan las diversas hipótesis sobre la vida en Marte.

Entre los más fervientes partidarios de la opción "artificial" de los canales de Marte estuvo el famoso astrónomo americano Percival Lowell, que pasó la mayor parte de su vida tratando de demostrar la existencia de vida inteligente en el planeta rojo. Lowell, publicó "Mars" (Marte), 1895; "Mars and Its Canals (Marte y sus canales), 1906; "Mars As the Abode of Life" (Marte como la morada de vida), 1908, donde sugirió que los
canales eran enormes obras de ingeniería hidráulica diseñadas por marcianos para administrar mejor los escasos recursos hídricos del planeta.

Entre los científicos que ponían en tela de juicio la existencia de los "canales", estuvieron el astrónomo italiano Vincenzo Cerulli (uno de los primeros en proponer que la hipótesis de que las estructuras de Schiaparelli eran simples ilusiones ópticas, como se demostraría más adelante), el astrónomo inglés Edward Walter Maunder (realizó
experimentos visuales para demostrar la naturaleza ilusoria de los canales) y el naturalista inglés Alfred Russel Wallace, que en el libro "Is Mars Habitable?" (¿Es habitable Marte?) 1907, criticó la tesis de Lowell diciendo que la temperatura y la presión atmosférica del planeta son demasiado bajas, para que el agua pudiera existir en forma líquida, y que todos los análisis espectroscópicos realizados hasta ese momento habían establecido la presencia de vapor de agua en la atmósfera marciana.

Hacia principios del siglo XX, el astrónomo estadounidense Percival Lowell se convirtió en el defensor de quienes creían que las marcas eran bandas de vegetación, de kilómetros de ancho, que bordeaban acequias o canales de irrigación, excavados por seres inteligentes para transportar agua desde los casquetes polares. Lowell y otros describieron redes de canales salpicados de intersecciones oscuras llamadas oasis y que cubrían gran parte de la superficie del planeta. En ocasiones se percibía que las líneas estaban dobladas; es decir, se hicieron visibles dos líneas paralelas donde antes solo se había visto un canal.

La mayoría de los astrónomos no pudieron ver canales y muchos dudaron de su realidad. Los experimentos con observadores no entrenados demostraron que las características desconectadas en diagramas o dibujos podrían percibirse como redes de líneas rectas cuando se observan a la distancia adecuada. La fotografía telescópica
a través de la atmósfera terrestre no ofrecía ninguna solución, porque las líneas eran apenas perceptibles por el ojo humano y estaban más allá de la capacidad de grabación de la cámara. La controversia finalmente se resolvió cuando se tomaron imágenes de cerca de la superficie marciana desde naves espaciales, comenzando con Mariner 4 (1965) y Mariners 6 y 7 (1969). Estos mostraban muchos cráteres y otras características, pero nada parecido a redes de largos canales lineales, ya sean naturales o artificiales.

Las primeras imágenes de la superficie del planeta tomadas por la sonda espacial Mariner 4 en 1965, Mariners 6 y 7 (1969) y los primeros mapas realizados por el Mariner 9 en 1971. Esto puso fin a la controversia al revelar una superficie árida y desértica salpicada de cráteres de impacto, con incisiones profundas y formaciones de origen volcánico.

Referencia
? https://www.britannica.com/place/canals-of-Mars
? https://es.wikipedia.org/wiki/Giovanni_Schiaparelli