La Habana, Cuba. La Habana vuelve a ser hoy anfitriona fraterna de una Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP).

Jefes de Estado y de Gobierno de los diez países miembros de ese mecanismo de integración latinoamericana y caribeña -fundada en 2004 por la visión de los Comandantes Fidel Castro y Hugo Chávez- se reúnen para evaluar la marcha de las estrategias comunes de desarrollo y la situación política regional.

Cumplen así un mandato con el compromiso de reafirmar la solidaridad, la cooperación y la complementariedad económica, en el proceso de unión de la Patria Grande con respeto a la diversidad.

El ALBA es un frente común ante las incesantes arremetidas imperialistas. Ha recorrido un camino complejo y a la vez esperanzador, de confianza en las potencialidades de nuestros pueblos.

La fuerza de la solidaridad

La XXI Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América -que sesionará hoy en La Habana- traerá experiencias e ideas para avanzar más en el empeño por el desarrollo, la justicia social y la paz en la región latinoamericana y caribeña.

Es un imperativo, cuando Estados Unidos renueva la Doctrina Monroe y sus aviesas intenciones de dominar nuestras naciones, con campañas de desestablización y acciones cada vez más agresivas contra los procesos emancipatorios en América Laina y el Caribe.

Es el imperio que organiza una cumbre hemisférica segregada, excluyente, según sus intereses. Pero, como dijo Fidel, “la edad del egoísmo tiene que pasar”.

A eso responde el ALBA, que cuenta con la fuerza de la solidaridad y la cooperación; que es núcleo de resistencia y de dignidad para hacer realidad los grandes sueños de Fidel y Chávez.