“Los lugares son más fuertes que las personas, el escenario más que el acontecimiento. Esa posibilidad de permanencia es lo único que hace al paisaje o a las cosas construidas superiores a las personas”. Aldo Rossi

La Habana, Cuba. – La entrega de hoy la dedico a una joya editorial, el libro “Treinta maravillas del patrimonio arquitectónico cubano” de Alicia García Santana y Julio A Larramendi, publicado en el 2012 por ediciones Polymita.

Alicia García Santana, se graduó en 1971 en la Universidad Central de las Villas, como licenciada en Letras. Dirigió las investigaciones sobre el Centro Histórico Urbano de Trinidad, posteriormente las acciones de conservación y restauración de la ciudad y fue la redactora principal del texto presentado a la Organización de las Naciones Unidas para la educacion, la Ciencia y la Cultura, Unesco, para declarar a esa ciudad como Patrimonio de la Humanidad. Es profesora universitaria, conferencista y tiene publicados varios libros.

Por su parte Julo A. Larramendi se graduó como técnico medio en química en la Unión Soviética, y licenciado en química en la Universidad de La Habana, Doctor en Ciencias. se inició en la fotografía en el 1969 y expuso por primera vez en el 1985. Desde el año 1997 se dedica de manera profesional a esa actividad. Sus fotografías se han publicado en múltiples revistas de Cuba y el extranjero, y en más de 48 libros, varios de su autoría, Su obra ha sido expuesta en más de 30 países, recibiendo varios premios, en miembro de varias organizaciones y ha obtenido por su trabajo numerosos premios.

El título del libro informa que se recoge información textual y gráfica de treinta edificaciones cubanas. La autora expresa, cuando se utiliza la palabra “maravilla” no se alude a lo extraordinario, noción que puede esconderse tras ella, sino a lo extraordinariamente valioso a los efectos de nuestra definición cultural, de nuestro ser histórico. De esta suerte, maravillas son un modesto bohío y la espléndida catedral de La Habana; el excepcionalísimo fuerte-morada del adelantado Diego Velázquez en Santiago de Cuba; la humilde casa natal de José Martí; el imponente castillo de los Tres Reyes del Morro; el importante sitio arqueológico de Los Buchillones y la sencilla residencia de campo de la familia O´Farrill en Madruga.

Un valor del libro, es que, aunque La Habana tiene un peso específico muy importante en él por razones entendibles, se presentan construcciones de muchas otras provincias de Cuba. A cada edificación seleccionada se le dedica un dossier muy completo, donde se aprecia una investigación muy exhaustiva de sus orígenes y modificaciones, todo ello ilustrado por fotografías, malas, planos y grabados de época, que convierten a cada uno de los capítulos en una joya para arquitectos e historiadores; pero la edición es tan bien lograda, que cualquier persona disfrutará y aprenderá si ojea este bello libro. La autora en la Introducción que quedaron fuera muchas otras edificaciones que merecían estar aquí, pero que podrían aparecer en otros libros, la cultura cubana y su pueblo, lo necesita.

Deseo concluir esta columna con las palabras del Historiador de La Habana, Eusebio Leal en la presentación: Quienes posean este volumen podrán tener una visión nítida de aquello que reconocemos como distintivo de identidad y cubanía en el legado construido por sucesivas generaciones.