Kingstown, San Vicente G. –  El presidente cubano Miguel Díaz-Canel abogó este viernes por defender la paz en la región, al intervenir en la inauguración de la VIII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que sesiona en San Vicente y las Granadinas.

Defender la paz implica también el más firme rechazo a las medidas coercitivas unilaterales y a los bloqueos impuestos por países poderosos que pretenden actuar como jueces universales para aislar y someter a Estados soberanos, subrayó

Díaz-Canel señaló que también es defender el derecho de cada pueblo a escoger libremente su modelo político y su propio camino hacia el desarrollo económico y social.

Para avanzar en la integración de América Latina y el Caribe es fundamental preservar la paz, aseveró el presidente cubano en la VIII Cumbre de la CELAC que celebra el décimo aniversario de la proclamación de la región como Zona de Paz.

Un hito histórico

La Proclama de Paz es muy joven, pero es sin dudas un hito histórico en la igualmente joven historia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, afirmó el presidente cubano Miguel Díaz-Canel en la VIII Cumbre de ese bloque regional.

El mandatario destacó el honor que representa para Cuba haber concretado ese documento en la Cumbre de La Habana, realizada en 2014.

Calificó la proclama como una esperanza para millones de personas, cuya principal preocupación es la supervivencia en un mundo convulsionado por la violencia y las guerras.

La región y el mundo necesitan la paz para concentrar toda su capacidad, inteligencia y recursos en enfrentar a los verdaderos enemigos de la especie humana que son el hambre, la pobreza, el cambio climático, el analfabetismo, las enfermedades, el agotamiento de los recursos naturales y la marginación de la población, aseveró Díaz-Canel.

Saludan esfuerzos de la CELAC por la paz

El secretario general de la ONU, António Guterres, rindió este viernes homenaje a América Latina y el Caribe por su condición de continente de paz en un mundo en guerra y reconoció los esfuerzos de la Celac al respecto.

Durante la inauguración de la VIII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, el titular insistió en la necesidad de preservar el espíritu de solidaridad para la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible, la cohesión social y frente a la emergencia climática.

El alto representante exaltó los lazos de unidad en la región que contribuyeron en el proceso de paz en Colombia o la Declaración conjunta para el diálogo entre Venezuela y Guyana.

Asimismo, Guterres advirtió de la expansión de la delincuencia violenta y organizada y el tráfico de armas, devenido en una de las amenazas a la seguridad más importante para la región.

Intervención del presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez

Querido primer ministro Ralph Gonsalves,

Querida presidenta Xiomara Castro,

Estimado presidente Gustavo Petro,

Estimado secretario general António Guterres,

Excelentísimos jefes de Estado y de Gobierno y otros jefes de Delegaciones. Amigos latinoamericanos y caribeños:

Agradezco y felicito al hermano Ralph por la feliz iniciativa de reunirnos en esta ceremonia oficial para conmemorar juntos el décimo aniversario de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

Es muy joven nuestra proclama, pero es sin dudas, un hito histórico en la igualmente joven historia de la CELAC. Honra particularmente a Cuba que la firma de este emblemático documento por parte de los jefes de Estado y de Gobierno de los 33 países de la región, haya tenido lugar en la Cumbre de La Habana.

Pero el mérito es de todos, porque solo la voluntad de todos la hizo, no solo posible, sino también efectiva. La proclama significa esperanza para millones de personas cuya principal preocupación es la supervivencia en un mundo convulsionado por la violencia y las guerras.

La paz no es solo un derecho legítimo de todos los pueblos y de cada ser humano: es una condición fundamental para el disfrute de todos los derechos humanos, en particular, el derecho supremo a la vida.

La región y el mundo necesitan la paz para concentrar toda su capacidad, inteligencia y recursos en enfrentar a los verdaderos enemigos de nuestra especie: el hambre, la pobreza, el cambio climático, el analfabetismo, las enfermedades, el agotamiento de los recursos naturales y la creciente marginación a que está sometida hoy la inmensa mayoría de la población mundial.

José Martí llamó bienaventurada a la tierra donde se libran las batallas por la paz. Defender la paz implica también el más firme rechazo a las medidas coercitivas unilaterales y a los bloqueos impuestos por países poderosos que pretenden actuar como jueces universales para aislar y someter a estados soberanos. Apoyar la paz es defender el derecho de cada pueblo a escoger libremente su modelo político y su propio camino hacia el desarrollo económico y social.

Para avanzar en la integración de América Latina y el Caribe, es esencial preservar la paz. Nos permite escucharnos para entendernos, aproximarnos en lo que nos une y debatir de manera civilizada y respetuosa las diferencias. Recuerdo con gran emoción aquel momento, hace diez años, cuando el líder de la Revolución Cubana, General de Ejército, Raúl Castro Ruz, en su condición de presidente pro témpore de CELAC, invitó a sus colegas de la región a firmar la proclama. La unidad en la diversidad, tan convocada como necesaria, se hizo presente.

Hoy sabemos que se estaba haciendo historia. La hicimos porque la proclama no se quedó en aquella sala y en aquellas firmas. Es un documento vivo, trascendental y paradigmático que nos compromete ante nuestros pueblos y el mundo. Es un valioso legado a las generaciones presentes y futuras que se beneficiarán de la sabia decisión de desterrar para siempre de la región el uso y la amenaza del uso de la fuerza.

Honremos a los gigantes héroes de nuestra América. Ante las diferencias, diálogo. Ante los retos, cooperación. Ante la diversidad, más unidad. Ante la guerra y la violencia, defendamos la paz.

Muchas gracias.